¿Se imaginan que mañana aparezca alguien que ordene someter a la Justicia a todos los grandes corruptos? ¿Se imaginan que mañana los tribunales dispongan la incautación de los bienes mal habidos de todo ex funcionario público? ¿Se imaginan los remates en pública subasta de grandes fincas y residencias, villas playeras, yates, vehículos sofisticados, negocios y otros bienes? ¿Se imaginan toda esa gente presa, junto con sus cómplices, comisionistas y testaferros?… (Pero imagino también la respuesta de cada candidato: “Por favor, Colombo, no sueñes. Déjate de pendejadas, que no es para tanto”).