Estimado lector, en esta tercera entrega, para analizar la conversión a GAS NATURAL (GN) de la Central Termoeléctrica Punta Catalina” (CTPC), revisemos algunos aspectos de la historia de este proyecto.

Todo empezó cuando en el año 2004 un inversor de Malasia propuso la construcción de dos centrales de generación a carbón de 750 MW cada una, para ser instaladas, una en Hatillo, Azua y otra en Manzanillo, Monte Cristi; estas plantas habían sido fabricadas para ser instaladas en EEUU, y se encontraban almacenadas en Houston Texas, a donde viajó una misión técnica del gobierno dominicano de ese entonces, para percatarse de su existencia.

Nuestro país no aprovechó esa oportunidad, y esas plantas fueron adquiridas e instaladas en EEUU, y fueron galardonadas como planta del año en el 2010. De haber aprovechado esa oportunidad, República Dominicana se hubiera ahorrado en diez años, mucho más de US$5,683,553,499.48, además de que disfrutaría hoy de energía eléctrica a menos de US$0.0400/KWh. Hay que tomar decisiones a tiempo.

Pérdida la oportunidad anterior, en el año 2006 se procedió licitar la construcción de dos centrales de 2x300MW cada una; razones diplomáticas, por un lado, y coyunturales por el otro, han impedido la construcción de las mismas al día de hoy.

En el año 2012, se hizo una nueva convocatoria a licitación, pero fue cancelada por la administración entrante, que procedió a un nuevo llamado a licitación en el 2013, de cuyo resultado resultó la contratación de la construcción de la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC).

Como se observa, tomó 9 años (2004-2013), para decidir la construcción de la primera de dos centrales necesarias para que RD tuviera energía en cantidad y calidad suficiente, y a precio razonable.

En el 2006, el ex vicepresidente de EEUU Al Gore presentó su documental “Una Verdad Incómoda” y los requisitos ambientales cambiaron.

Para el 2013 ya había empezado la revolución del fracking y la producción del gas de esquisto de EEUU, y fuimos testigo de la cancelación de la construcción de varias plantas nuevas a carbón, por la competencia del GN por tubería con el carbón. Entre las plantas canceladas Kentucky Power III, diseñada por Stanley Consultant, fue una. Lamentablemente, a la hora de licitar Punta Catalina no se previó la construcción de plantas duales Carbón/GAS NATURAL, como si se hizo con ITABO (Fuel Oil/Carbón); ese detalle hubiera permitido aprovechar cualquier oportunidad futura.

En cuanto al costo de una central de generación a carbón, era de todos conocido, que es una inversión significativa que solo se justifica por el bajo costo del combustible que usa. También se sabía de las dificultades que se tendría para su financiamiento, visto el incremento de las medidas de control ambiental, razón por la cual se exigió en los términos de la licitación que el contratista seleccionado gestionara el financiamiento, y se valoró dentro de la calificación de las empresas, la experiencia que tuvieran en la gestión de financiamiento de proyectos.

Habría que revisar el contrato para ver si CDEEE eximió al consorcio contratado de las exigencias establecidas en el pliego de la licitación, pero es obvio, que el origen del socio principal dificultó la gestión del financiamiento, hecho que impactó/retrasó la ejecución del proyecto, viéndose el país obligando a la emisión de deuda soberana para ejecutar la construcción. dada la coyuntura adversa al Carbón.

La construcción de una central de generación a carbón como CTPC, en el lugar seleccionado y que cumpliera con las normas ambientales vigentes al 2013, iba a requerir una inversión proyectada como sigue:

    1. Proyecto Base: US$1,000.0 millones
    2. Control Ambiental: US$   650.0 millones
    3. Puerto: US$   100.0 millones

Total US$1,750.0 millones

De haberse construido en este monto, el costo de la energía generada por CTPC/Carbón con la deuda reestructurada (financiamiento< 5%), y CTPC capitalizada, hubiera sido de US$0.0582/KWh; mientras el precio como propiedad estatal hubiera sido US$0.0476/KWh

¿Puede usted lector imaginar las perspectivas de la economía, la industria, la inversión extranjera, los empleos, con cualesquiera de estos dos precios? Un amigo del área financiera que nos visita de USA comentaba que un 5% de reducción del precio de la energía puede impactar el PIB en un 8%.

Pero la realidad fue, que CDEEE contrató la construcción de CTPC por US$1,945 millones (+11.11%), que terminó costando US$2,372.9 millones (+35.59%); de los cuales US$622.00 millones han sido declarados como aporte de capital y US$1,750,900,000.00 millones como financiamiento del estado.

El alto monto de la inversión realizada y el costo financiero incurrido (9.7165%), hicieron necesaria la extensión del periodo de pago de la deuda a 30 años, con el objetivo de lograr que el precio proyectado de la energía de CTPC/Carbón fuera menor que el declarado para su ejecución: US$0.0794/kWh.

Como dice el dicho, “después del palo dao, ahora solo nos queda buscar remedios”, por lo que una de las prioridades del nuevo gobierno para hacer más competitiva nuestra economía viene a ser la reducción del precio de la energía, y en el caso de CTPC, la forma más fácil es la reestructuración de la deuda, con una tasa inferior al 5.00% y de ser posible dos años de gracia. El precio de la energía con CTPC/Carbón/ Capitalizada sería US$ 0.0676/kWh, y CTPC/Carbón/Pública sería US$0.0556/kWh, para un ahorro de US$0.0238/KWh y US$120,0 millones/año.

Ahora bien, la sociedad civil viene cuestionando lo reportado por CDEEE, y reclama que el monto declarado no incluye: la compra del terreno y los gastos de supervisión, gestión, administración, arbitraje, publicidad, gastos legales, intereses durante la construcción y otros. Los estimados de inversión de la sociedad civil rondan los US$3,400.0 millones, suma que incrementaría el capital aportado por el estado a US$1,649 millones. De confirmarse el estimado de la sociedad civil, el precio proyectado para CTPC/Carbón sin reestructuración subiría a US$0.1099/kWh, mientras el de CTPC/Carbón/Capitalizada sería de US$ 0.08600/kWh, y el de CTPC/Carbón/Pública subiría a US$0.0689/kWh, para un ahorro de US$0.04118/KWh y US$207,0 millones/año.

La diferencia entre lo declarado por la CDEEE y las estimaciones de la sociedad civil, hacen necesaria la realización de auditorías contable, financiera, legal, técnica y medio ambiental, para establecer con claridad la calidad de la obra ejecutada (ya fue recibida y se encuentra en el período de garantía), así como el monto real de inversión.

Pero las cuentas del rosario de CTPC no terminan, y ahora se enfrenta a la petición para su conversión a GAS NATURAL. Como señaló el Ing. Raúl Cabrera "…es principalmente cambiar quemadores", ya que no hay ninguna limitación en convertir una termoeléctrica de un combustible a otro; el asunto está en que:

  1. Los datos aportados en la nota de prensa reseñada por ACENTO, señalan que para convertir CTPC a GN se necesitaría una inversión adicional de 485.0 millones de dólares. ¿Con qué se va a recuperar esa inversión?
  2. La conversión a GAS NATURAL implicaría pérdida de potencia y eficiencia de las unidades, lo cual incrementaría el consumo, el precio y las emisiones CO2/KWh ¿De verdad sería viable la conversión?
  3. Los cambios técnicos necesarios implicarían parada de operación de las unidades y por tanto, perdidas de negocios para CTPC y aumento de costos para las EDES y para la sociedad. ¿De verdad?
  4. Actualmente CTPC/Carbón tiene un costo de combustible de US$0.0181/kWh (US$48.00/ton), con GAS NATURAL costaría US$0.0608/kWh (US$6.50/MMBTU), en el mejor de los casos (asumiendo la misma eficiencia), amén de la volatilidad de los precios del GAS NATURAL.
  5. Bajo estas circunstancias CTPC/GN/Pública produciría la energía a US$0.1172, un aumento del costo de generación de US$0.0483/KWh y un gasto adicional de US$244.10 millones/año (+70.14%). ¿Donde está la factibilidad?
  6. Y no menos importante, CTPC/Carbón perdería la posición No. 1 del ranking del despacho marginal (líder), para convertida a CTPC/GN pasar a ocupar el lugar no. 13, lo que implicaría que pasaría a cubrir la carga de media base, poniendo en riesgo su despacho, la recuperación de la inversión y la eventual búsqueda de un socio privado.

¿Cuál es el beneficio entonces?

Veamos otro ángulo: las emisiones de CO2, razón de la solicitud de conversón de CTPC/Carbón son 5,333,182.65 Ton/año; CTPC/GN serían mínimo 2,745,996.61 Ton/año, que arroja una diferencia máxima de 2,587,186.04toneladas.

De considerarnos tan responsables como Europa del daño climático, se haría como Europa, y le exigiríamos a nuestras empresas generadoras el pago de un cargo de US$34.20/ton de CO2. ¿Sería eso viable en los actuales momentos?

En todo caso, si se considerara que los generadores pagaran por los niveles de emisiones superiores al correspondiente al GAS NATURAL, entonces a CTPC/Carbón le correspondería pagar US$88,481,762.77, y el país se ahorraría US$138,518,237/Año y una innecesaria inversión de más de US$485.0 millones.

En el caso del pago del 100% de las emisiones, CTPC/Carbón pagaría US$182,394,846.63/año, y todavía se tendría un ahorro de US$44,605,153.37, pero esto conllevaría un aumento general del precio de la energía, el cierre de varias de las empresas generadoras, pérdida de empleos, etc. ¿estarían la sociedad de acuerdo?

Como se puede ver en el cuadro siguiente, el balance de las emisiones de CO2 CTPC/Carbón versus CTPC/GN sería menor de US$56.2 millones (recuerde lector que se perdería eficiencia y aumentaría el consumo por KWh generado), pero a costa de invertir US$485.0 millones y de aumentar el gasto US$250.0 millones/año, más, con lo que se reduciría el ahorro de las EDES, no se podría ajustar la tarifa como se requiere, entonces pregunto, ¿haría usted esa inversión amigo lector?

En esta nueva fase de la globalización, República Dominicana tiene una enorme oportunidad para convertirse en una plataforma industrial y atraer empresas norteamericanas, europeas y chinas, que buscan desarrollar el nuevo esquema “CHINA+1”. Los acuerdos de libre comercio, la ubicación geográfica, la cercanía a los mercados, las reglas claras y la mano de obra barata son elementos importantes, pero también hace falta tener energía a precio competitivo.

En los próximos años la generación de energía pasará de depender del HEAVY FUEL al GAS NATURAL, con una tendencia de aumento de precio, y esto eliminaría a RD como competencia de Vietnam, Filipinas, Bangladesh, India, Marruecos, Turquía, Indonesia, Sudáfrica, etc.

La industria local, tampoco podría sustituir importaciones, y crear más y mejores empleos, y nuestro país sería inviable hasta para el turismo de segunda residencia.

La buena noticia es, que RD pudiera aprovechar estas inquietudes y desarrollar un programa para invertir en neutralizar las emisiones de los residuos urbanos (vertederos, botaderos), los residuos agrícolas, pecuarios y forestales, y esto lo trataremos en la cuarta entrega.

Continuando con el análisis de la petición para convertir la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC) a GAS NATURAL(GN), comentamos en la tercera entrega, que las emisiones de la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC), se pueden neutralizar, al igual que lo están haciendo las plantas existentes a carbón en Europa: comprando Bonos CO2.

Si los dominicanos estuviéramos dispuestos a pagar por convertir a CTPC a GAS NATURAL, y el precio de generación que implica, entonces bien podríamos pagar el precio de otras fuentes de generación más baratas y de origen local.

De tener disponibles esos US$485.00 millones para la conversión de CTPC a GAS NATURAL, y un excedente de US$250.0 millones/año para compra de combustible, es totalmente más factibe invertirlos en eliminar las emisiones de los residuos sólidos recogidos en las ciudades.

Informes recientes de la LIGA MUNICIPAL DOMINICANA establecen en 16,000 tons/dia los residuos sólidos depositados en los 357 vertederos que existen en nuestras ciudades, y que representan emisiones de CO2 por 17,169,600 tons/año, equivalentes a 3.96 CTPC/Carbón. El proceso de estos residuos sumará tanta generación como una de las unidades de CTPC.

Al tratar los sólidos en suspensión de las aguas negras, los residuos agrícolas, forestales y pecuarios y la producción de Biomasa, se tendría al menos la generación de otra de las unidades de CTPC.

El tratamiento de los residuos pudiera representar una nueva CTPC en los próximos 4 años, con la ventaja de ser una generación distribuida en todo el país. Sería una verdadera y gran revolución de GENERACION VERDE, disminuyendo las pérdidas técnicas de transmisión y distribución, creando más de 100,000 empleos directos, economizando divisas, generando nuevas riquezas y capacidades, promoviendo la investigación y el desarrollo de tecnologías de tratamiento de residuos, potenciando la posibilidad de HACERNOS LIDERES DEL MUNDO en esta materia, y muchas nuevas oportunidades.

Entonces busquémosle las cualidades y oportunidades que nos pudiera brindar CTPC, y dejemos de hablar mal del caballo; utilicemos CTPC para construir el punto de inflexión que nos permita promover/desarrollar tecnologías que transformen los residuos, para que:

  1. Generaren energía eléctrica
  2. Mejore la salud de nuestra población y su poder adquisitivo
  3. Se reduzca los gastos médicos del país (1.5 a 4% del PIB según el Banco de Desarrollo Latinoamericano),
  4. Se resuelva el gran problema ambiental y de imagen país, que producen los vertederos en las inmediaciones de nuestras ciudades, con un pésimo impacto en la actividad turística. Ver publicación revista VOGUE.

Entiendo las motivaciones de protección al medio ambiente del Consejo Nacional para el Cambio Climático (CNCC), pero el incumplimiento de las normas ambientales no es un fallo del combustible, ni de la tecnología, sino de la operación; NO SE DEBE CONFUNDIR UNA COSA CON OTRA, ni usar las deficiencias operacionales para promover una inversión que SERA MAS CARA LA CURA QUE LA ENFERMEDAD, o LA SAL QUE EL CHIVO.

Verifiquemos las mejores prácticas locales de las plantas ITABO 1, ITABO 2 y Barahona, todas a carbón, y con 36, 29 y 19 años de operaciones respectivamente; de las cuales no hemos visto, ni oído, reportes de daños provocados a la salud de los pobladores y la agricultura de Haina y San Cristóbal, ni reclamos para su conversión a GAS NATURAL o su cierre por daños al medio ambiente.

Entonces ¿por qué pronosticar que la más moderna, menos contaminante y más eficiente CTPC/Carbón va a provocar una catástrofe medioambiental y daños a los habitantes y la agricultura de Baní y sus alrededores?

¿Acaso saben los habitantes de Baní que con la energía barata de CTPC se van a generar más y mejores empleos, principalmente en sus comunidades?

Ahora que el COVID-19 ha herido nuestra economía, la prioridad inmediata es la recuperación económica del país, su relanzamiento. Démosle pues al nuevo gobierno el tiempo de escuchar y analizar las propuestas, para que tome las mejores decisiones,

Concluyo esta serie de artículos señalando, que mientras se encuentre otro modelo, la mejor opción para reducir el costo de generación de CTPC, es la planteada por el Ing. Antonio Almonte (próximo ministro de energía), así como por otros profesionales y expertos dominicanos: CTPC debe permanecer como patrimonio del estado dominicano, aunque se contrate un operador/administrador que garantice su integridad y explotación económica.

Estimados lectores, en el caso de Punta Catalina, nuestro país compró un Mercedes Benz para transportar pasajeros. Ahora tiene que competir, mientras los pasajes bajan de precio, y hay que pagar la inversión ¿Qué hacemos?