[El error de] la publicación de Vogue británica sobre la fotografía tomada por la joven ambientalista Carmen Danea, tomada precisamente en los Manglares y desembocadura del río Yuna de la playa de Samaná, República Dominicana, dio paso a la necesidad de hurgar las aguas del Reino Unido.  Dar un vistazo por las afamadas páginas de la revista de la moda, de la belleza, de las pasarelas, es una aventura.  Formar parte de su contenido ecuánime y exuberante, o salir en su portada, es un sueño de los más costosos.

Sin embargo para los dominicanos, ha sido una horrorosa pesadilla difícil de digerir, desde el momento que vio publicada en la portada de una de las más prestigiosas revistas del mundo decir a través de una fotografía atiborrada de basura en la bahía de Samaná.  Inmediatamente las redes se congestionaron y se infartaron muchos dominicanos de buen corazón.  La revista metió los pies en un solo zapato: se convirtió en un lastre de las peores historias jamás contadas desde la civilización.  Su contenido ácido y nauseabundo se hizo viral y prácticamente inenarrable. Un guión que ni siquiera en la mente [maestra del terror] de Stephen King, es posible apreciarlo.

A pesar de que en el mundo existen 10 playas consideradas como las más sucias y contaminadas en Vogue no escriben, ni hace challenge, ni publican fotografía al respecto, ni siquiera promueven su atención.  Y peor aún, una de esas playas sucias y de alta contaminación se encuentra en Inglaterra y lleva por nombre: Staithes.  No lo puedo creer,  es para quedarse toda la vida boquiabierto no tanto por el alto nivel de mugre, colitas de cigarrillos, mezcla de alcohol, vidrios, plásticos, de orines y de otros desechos encontrados diariamente en la parte subacuática (de las playas), sino más bien por la imperioso necesidad de publicidad que exhibe la imagen de la basura en playa de la República Dominicana y no la de Inglaterra.

Entiendo que según los hechos no hubo interés en fomentar la educación ambiental. Tampoco en de crear espacio de conciencia humana, menos al cuidado y protección al medio ambiente.  Tampoco por los manglares. Es de importancia capital enseñar, por ejemplo, de que son capaces los manglares para la vida de las especies.  Como se protege a través de ellos las costas, los árboles y arbustos. Dice Ramón Núñez: (que una de) "las consecuencias (que debe enseñarse es) de todo ello son la pérdida de la biodiversidad y la desaparición de muchas especies en estos espacios naturales pero, sobre todo, el empobrecimiento de los habitantes de los pequeños núcleos de población que viven en las zonas". [24 may. 2018].

Y también, desde mi punto de vista,  Vogue perdió la oportunidad de oro para hablarles a los dominicanos de la influencia que tienen en la exposición de los climas. En cambio prefirieron el reality show, la comedia, hacer de un challenge un festival a la ridiculez.   Premiar el defecto más oprobioso.  Lo extraño de todo esto es que en el mundo abunda el defecto de la contaminación con la talla que requiere su espectáculo, y no se atreven a fotografiarlos ni a publicarlos.

Cuando quieran otras imágenes de cartón, o de plásticos, o de cigarrillos, o para alimentar el morbo, ser tendencia en las redes pueden buscarlas en esas playas de elevados niveles de contaminación como: China, California, México, (…).