En nuestra columna del 2 del presente mes, señalamos entre otras cosas, hablando de las ideas tontas de don Rafael Herrera, en especial del comercio con Haití: “Ahora sabemos que no era tan tonta, ni lo sería coordinar el encuentro con todas las islas y repúblicas caribeñas, tratándolas como iguales, con presencia de las autoridades, incluyendo el Presidente que habla algunas lenguas de las suyas, donde el Mar Caribe sea frontera, incluyendo a los países de Centro y Suramérica, pero hacemos énfasis en las islas inglesas, holandesas y francesas que amén de los 14 votos en la OEA, son también útiles para intercambios comerciales, estudiantiles y rutas de turismo, no solo aéreas, como las hay, sino marítimas, como fueron siempre. De eso hablaremos en otra oportunidad extensamente”.
Precisamente este lunes, en su columna Vocería de los Dioses, Juan Lladó habla de “Un país en busca de su imagen” , sobre los contactos internacionales. Lo cito por coincidir en parte con el objetivo de este artículo.
En cuanto a lo prometido, al intentar cumplir esas palabras, me di cuenta de que realmente sabía muy poco de esas islas. Al comentarlo con mi hija Taiana, que es gerente general de NEX Consulting, una empresa que trabaja en toda el área del Caribe, y además, es autora de un libro de recomendaciones estratégicas de RD y tiene la co-autoría de un estudio de análisis de la posible membresía de RD en la CARICOM, la Comunidad del Caribe. Además fue directora ejecutiva de la Agencia del Caribe para el desarrollo de las Exportaciones la CARIBBEAN EXPORT, única dominicana que ha dirigido la CARIFORUM desde el punto de vista del Caribe, una agencia regional del acuerdo Económico con la Comunidad Europea, me dijo que tenía un artículo donde exponía sus experiencias de largos años en sus relaciones con estas islas. Me lo ha cedido, y con esa ayuda, damos cumplimiento a lo prometido.
Necesidad de una nueva relación con el Caribe
Por Taiana Mora Ramis
El Presidente y el Primer Ministro: Parecería el título de una nueva serie de Netflix, pero no lo es, sino la esperanza de que el intercambio tuitero entre el presidente Luis Abinader y el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, a propósito de la reciente reelección del último, sea el inicio de una nueva relación con el Caribe. Si hacer lo mismo y esperar un resultado diferente es la definición de la locura, en lo que respecta a las relaciones de RD con el resto del Caribe, una estrategia consistente, coherente e integrada, es el antídoto para lograr un resultado diferente y “un Caribe fuerte e integrado”.
El intercambio de jefes de Estado de Jamaica y RD, no es nuevo. Ya hubo visitas de Estado entre Danilo Medina y Andrew Holness; también en el 2017 se creó la Mesa Presidencial Caribe para relanzar las relaciones del Caribe con la región impulsada por la ADOEXPO, la Asociación Dominicana de Exportadores, liderada entonces, por el Ministerio Administrativo de la Presidencia. Se puede decir que en muchas de las ideas y estrategias del país, se ha decidido o se ha intuido, lo importante que es una mayor y mejor relación con el Caribe. El gran obstáculo ha sido lograr un esfuerzo sostenido que permita restablecer la confianza, eliminar los obstáculos y avanzar en el aprovechamiento de los mercados, no solo de CARICOM, sino también del Caribe dependiente holandés, francés e inglés.
El presidente Abinader mencionó en su discurso inaugural la importancia de aprovechar la ubicación geográfica estratégica de RD. No podemos ser, por ejemplo, el hub del Caribe sin una fuerte interacción regional. Pero, además, apenas tocamos el potencial comercial de bienes y servicios con países, algunos de los cuales, como Curaçao, St. Maarten o las islas Turks y Caicos, han venido con representantes del más alto nivel a decir que quieren comprarle y hacer negocios con RD. Hoy en día, otros países como Chile, Colombia o Costa Rica están redoblando sus esfuerzos para mayores negocios con la región, mientras RD todavía se lo está pensando.
Con los países de la CARICOM, el tema es más complejo. Hay dos acuerdos comerciales que no avanzan en su implementación, y una relación a nivel de CARICOM como institución, muy difícil, especialmente después de la crisis política generada por la sentencia del Tribunal Constitucional del 2013 sobre la nacionalidad. Pero hay oportunidades de avanzar en las relaciones bilaterales, que el acercamiento del presidente Abinader con Jamaica, con Guyana y las palabras del nuevo canciller de Trinidad y Tobago, auguran. El gobierno también tiene funcionarios con experiencias y relaciones en el Caribe, como el ministro Miguel Ceara Hatton, de Economía, Planificación y Desarrollo, MEPyD; el viceministro Rubén Silié, del ministerio de Relaciones Exteriores, MIREX; y la viceministra Vilma Arbaje, de Comercio Exterior, del ministerio de Industria, Comercio y Mypimes, MICM, entre otros. Pero se necesita una acción coordinada y una estrategia coherente y consistente para lograr desmontar años de desencuentros y avanzar en los múltiples frentes que hacen al Caribe diverso, interesante y con un amplio potencial. Desde la misma Unión Europea a través de los departamentos franceses de Martinica, Guadalupe y Guyana Francesa, los países de la CARICOM y los países del Caribe del Reino de Países Bajos como Curaçao con quien ya se empezaron unas negociaciones comerciales bilaterales. Nos permitimos comentar las cinco claves que entendemos necesarias para que podamos cumplir el deseo del presidente Abinader de un Caribe “fuerte e integrado”.
Establecer una estrategia de interacción con el Caribe a diferentes niveles que sea coordinada con las distintas dependencias del Estado y cuya ejecución sea consistente durante los próximos años.
Acciones diplomáticas y técnicas. Entender las causas de obstáculos y acciones o falta de ellas que han afectado las relaciones con los diferentes países y territorios del Caribe. De acuerdo con un estudio reciente del BID, la falta de confianza a nivel institucional es uno de los factores que afectan el desarrollo en América Latina y el Caribe, el caso RD-CARICOM, no es excepcional.
Una estrategia de promoción de exportación de bienes y servicios y de inversión de doble vía con el Caribe. No solo con CARICOM, sino con otras islas que ya tienen conexión directa con RD. Esto incluye trabajar las barreras técnicas y logísticas.
Además de la falta de consistencia en el tiempo, uno de los problemas con el Caribe, como en otros mercados, es la falta de acciones coordinadas e integradas para mayor efecto. Los esfuerzos para mejorar la logística, por ejemplo, no estuvieron coordinados con los de generar una mayor demanda de productos dominicanos y un mayor flujo de doble vía, que haga que estas soluciones puedan ser permanentes y se logren precios más competitivos.
República Dominicana es considerado un país grande, y es, sin duda, una de las economías más grandes y de las de mayor crecimiento de la región durante la pre-pandemia. En temas como el aprovechamiento de la Ayuda de la Comunidad Europea, la EPA, desde su punto de vista, ha sido la mayor beneficiada. Eso genera preocupación y miedo a la competencia, pero también una oportunidad para ejercer un liderazgo positivo. A pesar de tener esos espacios regionales, aun en el SICA, el Sistema de Integración Centroamericano, donde RD es miembro de pleno derecho, RD no ha capitalizado esas relaciones. El espacio es corto para abundar en ejemplos, pero hay múltiples maneras, incluyendo la participación más activa en las entidades regionales.
Por último, las relaciones con el Caribe, como casi todo, se redefinirá en el contexto económico post COVID-19. Hay oportunidades de que una nueva y consistente estrategia con el Caribe, ayude al país a ese reposicionamiento necesario y para aprovechar las tendencias del nearshoring, cadenas de suministros más cortas y captación de inversión y negocios, siendo un punto fuerte de intercambio regional.
