1. Introducción del café en América: De la leyenda a los hechos históricos.

1.1  Martinica, Surinam o Haití

Existen versiones diferentes sobre la llegada del café al continente americano. Holandeses y franceses se disputan el honor de haber sido los primeros en traer el cafeto a América. Para algunos historiadores e investigadores la planta del café fue llevada a la isla de Santo Domingo en 1715; otros alegan que fue llevada por los holandeses desde Java hasta Surinam entre 1718 y 1719; mientras que otros aducen que al Rey Sol (Luis XIV de Francia)  le regaló el Alcalde de Ámsterdam  unos cafetos en 1714, y tras su cuidado en el Jardín de Plantas de París de manos del botánico Antoine Jussieu, algunos fueron llevados a la colonia francesa de Martinica por el oficial francés Gabriel Desclieux, encargado de cuidar los cafetos enviados a América, los instaló en una caja de cristal y los dejó en cubierta para mantenerlos calientes y protegerlos del agua salada.

  1. La caficultura en el siglo XVIII

2.1 Llegada del café a la isla Saint Domingue

Según Peralta (2011), La tesis predominante en la historiografía dominicana es la que ubica la introducción del cafeto en la isla en la década de 1730, y particularmente en 1735. Esta consideración tiene su base de apoyo en una afirmación de Moureau de Saint-Mery (1750-1819), en la que se asevera que “… el café fue introducido desde Martinica por los Jesuitas y cultivado con éxito en la región de Dondon, donde la primera factoría para su beneficiado fue instalada en 1738. Su cultivo se diseminó rápidamente, por su adaptabilidad a las tierras montañosas, donde la caña de azúcar no podía ser cultivada y el índigo ya había sido un fracaso”.

William Ukers autor de la extraordinaria obra “All About Coffee”  (Todo sobre el café), asegura que el cafeto fue introducido a la isla de Santo Domingo en 1715 y su cultivo posteriormente fue extendido a través de nuevas plantas enviadas desde Martinica, a partir de la progenie del cafeto pionero del capitán Des Clieux, introducidas en la isla años más tarde  (presumiblemente a partir de 1735)

Según Sáez (2008) está fuera de duda que los jesuitas se dedicaron a la agricultura y a ellos se debe la naturalización del cafeto, pero al parecer no en Dondon, sino en Le Terrain Rouge, que era una de las parroquias que tuvieron en el siglo XVIII. El párroco de esa, que se llamaba Jean-Baptiste Le Pers, que llego a la isla en 1704 y parece haber sido el cultivador del café, y precisamente murió en Le Dondon (Gran-Riviere) el 6 de febrero de 1735.

Se puede establecer, y no de forma exacta sino aproximada, que el cafeto fue introducido a la antigua colonia francesa de Saint-Domingue presumiblemente entre 1726-1735 y que el mismo fue llevado desde la región de Dondon hasta la antigua colonia española durante el segundo cuarto del siglo XVIII.

2.2  Llegada a la región Enriquillo

En la parte española de la isla de Santo Domingo, la introducción del cafeto ha sido situada por algunos hacia el año 1735 y en particular por la loma de Panzo en  la hoy provincia de Bahoruco.

Como ya hemos indicado, existe una versión de uso generalizado en el país, arrastrada por generaciones de manera oral que indica que la introducción del cultivo del café en la parte oriental de la isla de Santo Domingo (hoy República Dominicana) se efectuó durante el segundo cuarto del siglo XVIII por las lomas de Panzo, ubicadas en la Sierra de Neyba, dentro de la jurisdicción territorial de la región Enriquillo, con semillas procedentes de la región de Dondon en la zona  noroccidental de la isla (hoy Haití)

  1. La caficultura en el siglo XIX

A causa de la exitosa experiencia desarrollada en la parte Oeste de la isla, que durante la ocupación francesa de la parte oriental (1802-1809), fue impulsado el establecimiento de plantaciones de café. Ferrand trató con algún éxito de empezar a variar la base económica de la colonia, visto el descalabro de la ganadería, estimulando las producciones agrícolas (y en particular de productos de exportación), por lo que un número importante de franceses que lograron escapar a la Revolución Haitiana y establecerse en la colonia oriental empezaron a fomentar cafetales en zonas cercanas a los puertos.

A raíz de la independencia dominicana, los distintos gobiernos que se alternaron en el ejercicio del poder hasta el año 1867, entendiendo la necesidad de promover el crecimiento de la actividad agrícola como eje para impulsar el desarrollo del país, adoptaron una serie de medidas orientadas a promover el auge de la agricultura y en particular de la caficultura.

Para el año 1867, a pesar de que en la región Enriquillo, como pionera en el cultivo del café en el territorio de la República Dominicana, se cultivaba café desde hacía más de un siglo fundamentalmente en la zona de Panzo en Neyba, no se había alcanzado una expansión fuerte del cultivo, debido a que se cultivaba solo para el autoconsumo, no como producto comercial.

Dentro del conjunto de medidas orientadas a fomentar la producción agrícola del país, deben resaltarse las leyes de inmigración de 1847, 1852 y 1860, en las cuales se establecía a favor de los inmigrantes agrícolas una serie de privilegios para estimular su llegada y establecimiento en el país, tales como el pago de su transporte, la exención del servicio militar obligatorio para el agricultor y sus hijos, e incluso la concesión de terrenos en propiedad de forma gratuita por extensiones de hasta 200 tareas. Para obtener y conservar estos privilegios el inmigrante agricultor debía habitar y cultivar las tierras con determinados productos de interés para el Estado, entre los cuales se encontraba el café.

Entre las décadas de 1870 y 1890 se produce un cambio importante en la composición de la economía cafetalera de Barahona, que lleva a incorporarse a la producción de café en pequeña, mediana y gran escala  a las comunes de Barahona y Enriquillo, llegando finalmente a desplazar a Neyba como principal zona productora dentro de la región.

Según Peralta (2011), algunos de los principales caficultores inmigrantes que se establecieron en esta época, a propósito de los  incentivos a la producción de grano que fueron concedidos por los gobiernos, fueron Adolfo Pieraldi, Pablo Cavallo y Juan Guilliani (italianos), siendo Cavallo precursor junto con el criollo Luis Eduardo Del Monte  del café de calidad en Barahona. Dentro de los caficultores dominicanos más prominentes de este período en Barahona se pueden citar: José Alcántara en Neyba y don Luis Eduardo Del Monte (co-dueño de la extensa finca “Mi propio esfuerzo”), así como Dámaso Suero, Antonio Medina, Lorenzo Terrero y Jaime Mota en Barahona, y  Carlos Vidal, Carlos Alberto Mota y José María Vilomar en Enriquillo.

Exportadores de café en la provincia de Barahona durante los siglos XIX y XX

Según Olivares (1980) en la Gaceta oficial No. 1032 de 2 de junio del 1893 en el apéndice conteniendo el censo del 1893 de las plantas de café sembradas en las comunidades de Barahona y Enriquillo podemos distinguir, por la cantidad de plantas sembradas, las fincas que eran comerciales, siendo estas:

  1. La caficultura en el siglo XX
    • El nombre Café Barahona

El auge económico, comercial, social y demográfico que adquirió la región a fines del siglo XIX y principios del XX hizo que Barahona adquiriera la categoría de provincia, lo que ocurrió mediante la Constitución dominicana del 9 de septiembre de 1907, quedando integrada por las comunes de Barahona, Neiba, Cabral, Enriquillo y Duvergé, con la ciudad de Barahona como cabecera.

En la actualidad la región Enriquillo está dividida en 4 provincias, una de las cuales lleva el nombre de Barahona. El Café Barahona es oriundo de la región completa, ya que al proceso histórico de construcción de su buena fama contribuyeron todas las zonas cafetaleras de la región, unas en mayor medida que otras. Lo anterior queda evidenciado por el proceso histórico de ordenamiento político territorial de la región.

El café de Barahona había empezado a ganar buena fama desde los años finales del siglo XIX. Particularmente en Europa, el café de Barahona había ido fortaleciendo su posicionamiento como uno de los mejores cafés del mundo. En 1922, año de publicación de la primera edición de la obra “All about coffee”, el autor Willian Ukers quien era editor de la revista The Tea & Coffee Trade Journal, reconocía al café de Barahona como uno de los orígenes más sobresalientes, indicando que se trataba de un “… grano de café grande, achatado y puntiagudo, de color verde-amarillento”, que cuando era cultivado en altitudes adecuadas y beneficiado por vía húmeda mostraba un “buen cuerpo y sabor justo”. Insistía Ukers en que el café de Santo Domingo, fundamentalmente Barahona, cuando era apropiadamente beneficiado “se posicionaba en un alto puesto dentro de las variedades lavadas, y tenía un rico sabor bastante ácido en la taza… produciendo un tostado hermoso”

4.2  Café dominicano

La participación de Rafael L. Trujillo en la Café Dominicano, C. por A., nos fue confirmada por don Pablo Toral Cavallo, quien representaba a Toral Hermanos, C. por A. en la indicada empresa. Los exportadores tradicionales poseían la mitad de las acciones y Trujillo la otra mitad, por conducto de tres personas allegadas a él: Tirso E. Rivera J., su secretario privado; Federico García Godoy, a quien se puso al frente de la administración de la empresa; y Manuel de Moya Alonso, reconocido trujillista y colaborador del Jefe.

4.3   Convenio internacional del café y la OIC y el sistema de cuotas

El comercio exterior del café dominicano estuvo matizado durante estos años por el establecimiento del sistema de cuotas de exportación, con el propósito de estabilizar los precios internacionales del producto, mediante un control de las exportaciones que podían realizar los países miembros exportadores y de las importaciones que debían efectuar  los países miembros importadores. En síntesis, el sistema consistía en la distribución anual del volumen de café destinado al mercado internacional entre los países exportadores e importadores. En consecuencia, a cada país productor miembro de la Organización Internacional del Café (OIC) se le asignaba anualmente la cantidad de café que podía exportar de acuerdo a su producción exportable. Este convenio fue firmado en 1962 y ratificado por el Congreso dominicano en 1963. Este convenio fue ratificado por el Congreso Nacional mediante Resolución No. 11, de fecha 5 de abril de 1963.Siendo realizada la primera asignación de cuota al amparo de este convenio para el año cafetero 1963/64.

4.4   Ley 199 y recargo cambiario

Es necesario mencionar aquí la “contribución voluntaria” sobre la exportación de café y el impuesto escalonado sobre los “ingresos excesivos” de la exportación del grano fijada mediante la tristemente recordada Ley No. 199 del año 1975. Estos impuestos, totalmente exagerados en los niveles de tributación que establecían, constituyeron una carga más onerosa para los caficultores dominicanos a partir de la segunda mitad de la década de los años 70. Los montos de estos gravámenes eran pagados real y efectivamente por los caficultores, no por los exportadores, ya que su importe les era descontado del precio de compra.

Con el recargo cambiario se gravaba con un 36% la producción de café y la ley 199 se impedía a los caficultores acumular los capitales necesarios para la tecnificación y desarrollo de la caficultura, constituyéndose estos un lastre que impedía la modernización de la caficultura.

4.5   Liberalización del mercado 

En adición a la oleada de impuestos excesivos a los que se vio sometido el subsector cafetero dominicano desde mediados de los 70 y hasta finales de los 80, otro elemento que significaría un golpe mortal para la economía de los caficultores, fue la ruptura de las cláusulas económicas del Convenio Internacional del Café, en virtud de la cual se mantenía en vigor el régimen de cuotas que permitía estabilizar los precios internacionales del grano.

Tras la caída del sistema de cuotas en 1989, los precios del café se fueron al piso, y para colmo de males, esta caída brusca de los precios fue acompañada de un fuerte incremento en los costos de producción y del costo de la vida, reduciendo así los niveles de rentabilidad del productor.

Exportaciones de Café Barahona en los 1970s
AÑOS VOLUMEN
CAFETEROS (miles de qq. café oro)
1970-71 98.4
1971-72 101.5
1972-73 86.0
1973-74 109.1
1974-75 75.8
1975-76 49.0
1976-77 22.7
1977-78 98.6
1978-79 48.6
1979-80 114.9
PROM. 80.5

 

Exportaciones de Café Barahona en los 1980s
AÑOS VOLUMEN
CAFETEROS (miles de qq. café oro)
1980-81 65.0
1981-82 113.5
1982-83 108.9
1983-84 155.5
1984-85 141.1
1985-86 233.7
1986-87 361.5
1987-88 227.6
1988-89 265.5
1989-90 124.1
PROM. 179.6

 

Exportaciones de Café Barahona en los 1990s
AÑOS VOLUMEN
CAFETEROS (miles de qq. café oro)
1990-91 75.3
1981-92 43.6
1992-93 44.9
1993-94 48.0
1994-95 62.8
1995-96 97.9
1996-97 54.5
1997-98 76.6
1998-99 46.4
1999-00 52.3
PROM. 60.2

 

  1. La caficultura en el siglo XXI

5.1  La crisis de los precio 

Desde el año cafetero 2000/01, se agregaría otro factor negativo al drama de la caficultura dominicana. En efecto, el cíclico problema de la sobreproducción mundial del café generó una tendencia a la baja de los precios internacionales del grano que se mantendría durante varios años y que afectaría sustancialmente el valor de nuestras exportaciones, durante la crisis de precios el estado Dominicano compenso a los productores con RD$200.00/ qq producido.

Exportaciones de Café Barahona en los 2000s
AÑOS VOLUMEN
CAFETEROS (miles de qq. café oro)
2001-02 31.9
2002-03 25.8
2003-04 28.3
2004-05 17.8
2005-06 28.6
2006-07 18.3
2007-08 24.4
2008-09 17.9
2009-10 19.6
2010-11 22.6
PROM. 24.5

 

5.2   Servicios ambientales y compensaciones 

Desde hace un par de décadas se viene hablando con insistencia en torno a la necesidad de organizar y poner en práctica algunos mecanismos para resarcir los servicios ambientales del bosque cafetero que son: Captación y fijación de carbono, regulación del clima, captación y regulación hídrica biodiversidad y paisaje.

5.3  Relevo generacional 

Dadas estas realidades, tanto estructurales como coyunturales, que limitan el desarrollo  de las familias caficultoras en la República Dominicana, entendemos que la estrategia básica en este campo debe estar enfocada en el fortalecimiento de las empresas asociativas compuestas fundamentalmente por pequeños y medianos caficultores. Según el IDIAF (2010) la edad promedio del caficultor de la región Enriquillo era de 58.04 años. Esto es una amenaza para las empresas cafetaleras establecidas.

5.4  Denominación de origen café Barahona.

El reconocimiento oficial  del Café Barahona como denominación de origen ha sido obtenido hacia finales de 2011. Con este sello de calidad diferenciada se procura identificar y valorizar un producto con personalidad única: el afamado  “Café Barahona cultivado a partir de variedades pertenecientes a la especie arábiga provenientes de la zona delimitada por la Denominación de Origen y que comprende las principales zonas cafetaleras de las provincias Barahona, Pedernales, Bahoruco e Independencia, el cual es obtenido y transformado mediante procesos artesanales y mecánicos derivados de la cultura histórica de la región y en estricto apego al pliego de condiciones  de la denominación de origen, conservando así las características físicas y sensoriales del café de la región Enriquillo que son:

Características físicas y sensoriales del Café DO Barahona

Variedades De la especie arábiga
Beneficiado Vía húmeda
Forma Del Grano Mayormente oblongo y uniforme
Densidad Aparente (g/l) ≥ 670
Granulometría Mínimo 95% del peso ≥ de la malla 16
Cosecha Nueva
Defectos Preparación ≤ 35 defectos por muestra de 350 gramos
Humedad 10.5 – 12.0 %
Nota Sensorial Tasa limpia y nota ≥ 75

 5.5  La epidemia de Roya

En el 2010 se detectó un brote de la roya del café en plantaciones del suroeste de la República Dominicana. Los primeros focos se detectaron en las comunidades de  Chene, María Teresa y El Maniel; situadas en el municipio de Enriquillo, provincia de Barahona; con niveles de infección promedio de 70%.

Según la Organización Internacional del Café (OIC) (2013) el impacto económico y social estimado de la roya del café en Centroamérica y la República Dominicana consiste en la pérdida de más de US $ 500 millones y en la desaparición de 373,584 empleos directos en la región durante el 2013; también se estimó que se necesita de una inversión de US $1,300 millones para el control de la enfermedad, mediante la renovación de las plantaciones con variedades resistentes o tolerantes  y  el control químico. 

  1. Conclusión

Como se puede ver en este trabajo de investigación histórica la caficultura dominicana ha servido para diferentes causas de carácter nacional desde: Proyectos de colonización, la creación de un monopolio por la dictadura de Trujillo, El financiamiento de cambios de modelos productivos nacionales (zonas francas y Turismo) hasta la elaboración y desarrollo de proyectos para su rescate a causa de la devastación de la Roya del café (UTEPDA y Alianzas Publico Privadas).

A nuestro entender, los desvaríos de la caficultura dominicana se deben a la falta de una verdadera política cafetera cuyo protagonista sea el caficultor y su unidad productiva, en vez de los actores políticos y burocráticos que medran de ella.

 

  1. Bibliografía

Cavallo Rodríguez., Genara. Historia de una vida. Inédita. San Cristóbal, R.D. 1968. P.31

CODOCAFE: Boletín estadístico No. IV, Editora INDESP, Santo Domingo, R. D. 2001

ICO (International Coffee Organization). 2013. Plan de Acción para combatir la Plaga. Informe sobre el brote de la roya del café en Centro América. Londres. Inglaterra. 7 p.

IDIAF  (Instituto  Dominicano  de  investigaciones  Agropecuarias  y  Forestales).

(2010 ).Denominación de Origen Café Barahona. IDIAF. Santo Domingo.

 

Olivares Morillo, Félix R. Caficultura y legislación agrícola en el siglo XIX, Editora San Rafael, Santo Domingo, R. D., 1980. P.306

 

Peralta D. Richard. Apuntes históricos sobre el café Barahona. Inédita. Santo Domingo, R. D.2011. P.164

Sáez, José Luis. Consulta por correo electrónico. Inédita. Santo Domingo, R. D.

2008.

 

Sánchez D. Gerardo. Breve historia del café en Michoacán. Instituto Investigaciones Históricas. 2005. 150 p.  ISBN: 970-703-396-7

 

Toral. Pablo Juan. Entrevista directa sobre Café dominicano y su repercusión en el sector café de  la R.D. Barahona, Republica Dominicana. 2007.

 

Ukers, William: All about coffee. New York the Tea and Coffee Trade Journal Co. 1922.

Woodring, Wendell: Geology of the Republic of Haiti. U. S. Geological Survey. USA. 1924.

 

Por: Benjamín Toral Fdez. 2018