En 2021, las autoridades del país anunciaron un plan para producir alimentos completamente orgánicos, una revolución en la agricultura. Pero la ambiciosa propuesta pronto se salió de las manos y afloraron lagunas y defectos. La consecuencia directa: hoy millones de personas sufren una seria escasez de alimentos, combustible y medicamentos, lo que amenaza con convertirse en una crisis humanitaria.

Desde hace algo más de un año, Sri Lanka, ese país ubicado justo al sur del subcontinente indio, se enfrenta a una grave crisis alimentaria.

El fracaso de la conversión repentina a una agricultura 100 % ecológica ha provocado una caída catastrófica de las cosechas y ha dejado a millones de personas expuestas a la hambruna y las enfermedades.