(Ilustraciones del Dr. Odalis G. Pérez)

Dentro del universo creativo, la diversidad temática es una de las posibilidades abiertas en el imaginario del sujeto creador.

El tema se impone ante el enfoque panorámico de aquel que asume la apuesta de crear. En este caso, entramos en una dialogía lírica, amorosa, romántica que dice ser irreverente. Así se autodefine la obra desde su título, pero una cosa es la autodefinición del texto y otra es lo que, en realidad, el texto es.

'Versos Irreverentes', de Ramón Pérez. Editora "Generatio Nova", Santo Domingo, Distrito Nacional. 2021, es una obra marcada por breves versos cargados de candente intensidad amorosa, a partir de una construcción metafórica asimilable, sin complicaciones en su enunciación poética. Se trata de un decir ajustado a una discursividad poética cotidiana, tierna y profunda, a la vez.

Hay en esta poesía una necesidad de expresar apegos, junturas…alianzas amorosas vinculantes a una mujer, desde lo amoroso, desde la carnalidad del deseo material, espiritual y melosamente sensual.

No veo, ni escucho, ni siento ese tono de irreverencia que el autor nos dice que son sus versos, desde su título. Al contrario, hay una estética templada…sutil…pero con con un profundo aliento filosófico que encrispa pechos y que desnuda cuerpos.

Hay una marcada brevedad expresiva que se ahonda en el sentir del sujeto-autor, para dejarnos plasmado su desacato de deseos y de su amar sin límites y sin contemplaciones.

He aquí a un poeta con la mirada fija en el mapa corporal de la mujer, de su mujer, o de aquella, la otra que duerme en silencio , en discreción, sobre su memoria. Veamos:

"Te quiero sublevada/por el derecho a poseerme/para ti solo/rebelde te quiero/insurrecta y no pasiva/en este juego de poder que iniciamos/con el crepúsculo/dónde solo quieres estar arriba/y yo abajo/en esta relación dialéctica que nos hemos /inventado para gozar a partes iguales// Te quiero insurrectamente camuflajeada/en los sueños y en los deseos más oscuros/y en tus labios dispuestos para la acción/y entonces hacer el amor y no la guerra/como buenos pacifistas/Y Vietnam es un buen socio para compartir/este vino neybero/y recordamos a postierra comentando/"La casada infiel"/en medio del parque central/Porque eres la historia emocional de esta tierra/con pocas almas/jugando con "la niña/los peluches/y la ciudad"/Ay amor mío/pero solo"hasta el domingo que viene"//.

("AMOR INSURRECTO", p.17).

El sujeto-autor rebusca en sus recuerdos, en el imaginario de sus días, y al recoger la experiencia vivida, en su cotidianidad, la involucra como parte de su poetizar, para organizar la trama temática, y contarnos sus travesías. Es el poeta que narra. Él es el otro que dice, y que nos dice lo vivido y lo desvivido, desde su existir de amante y cómplice…ante lo soñado y lo sentido.

Ramón Pérez

Hay aquí una construcción de la metáfora que arde…desde el signo de lo amoroso. Se trata de una estética asociada a un discurso poético de lo sublime y sentimental. Es el Yo de lo amado…quien se expresa… desde unos versos caracterizados por la brevedad, ya lo he dicho, desde un canto expansivo que procura desnudar cuerpos de mujer…miradas femeninas…en búsqueda de lo carnal y de deseos. Veamos:

"Amor mío/solamente quiero/estos ojos para acariciar/tu silueta/desnudarte de arriba a abajo/poseer tu sonrisa/verte bailar en mis pensamientos/sin ropa/solo quiero estos ojos/para ver cómo te tongoneas/cuando recorres mi piel/casi en silencio/solo quiero estos ojos/para verte cada despertar/ y verte danzar sobre las olas/solo quiero estos ojos/para verte"//.

(’DESNUDARTE". p. 35).

La mirada se convierte aquí en la excusa del pecado, en el decir y en el pedir lo prohibido, para dejarnos aquel sabor a extrañeza, a melancolía, que suelen dejar las imaginaciones en torno al amor pretendido, perseguido y añorado..y las distancias…

"Solo quiero estos ojos para verte", este piropo te podrá sonar "cursi" o "pasado de tiempo meridiano", sinembargo, en sus significados subyecentes hay una consagración de entrega y de apego amoroso que no es para lectores "alelados", durmientes o despistados. Se trata de un verso que encadena corazones y que desata la confesión del amante redimido, del poeta en su entrega amorosa.

¿Qué es extraña esa voz de la ternura en medio de esta incertidumbre? Sí, es muy extraña, pero es necesaria y llega en el tiempo justo del caos y el virus, porque amar siempre es una acción necesaria, esencial… vital. Sin el amor es imposible existir. Y de eso está muy convencido el poeta.

En ninguno de estos poemas se oculta el filósofo, al contrario, sale de prisa y se deja entender en medio de este caos existencial y desparrama su voz sobre el viento. Veamos:

"De repente volteamos el cielo de arriba hacia abajo/en cada encuentro furtivo// El cielo en tus pies y exhausta//Entonces junto mis ojos a los tuyos/para contemplar el movimiento de los astros/sin salir de la cama/y un volcán a punto de hacer erupción/tu piel dormida inexplorada/como un sunami debajo de mis manos/y de repente todo se vuelve caótico/el mudo se mudó de las copas/y el cristal se llenó con los gemidos/y el cielo ocupó el lugar de tus huellas/dos olas gigantes se levantan debajo
de tu blusa/De repente"//.

("LA TEORÍA DEL CAOS", p. 118).

Con sobrada razón, el sujeto autor nos expresa su tarea y las dificultades al seleccionar los poemas que integran esta obra. Y es que se siente la apuesta en un trabajo con la palabra, con la lengua, para no dejar escapar la sonoridad rítmica de los versos que integran este libro. No se trata de una obra a la carrera, es el resultado detenido de un significativo acto del crear, del imaginar y del pensar.

En esta obra se afianza la poética de una región y de un país que requiere volver a amar y volver a soñar, para seguir existiendo como nación de sujetos sintientes…y en franca capacidad de amar y expresar lo amado sin una pisca de vergüenza

No hay que elucubrar mucho, para advertir y dejarse llevar de aquella metaforización que nos llega entre el filosofar y el poetizar de un bohemio pintado de académico que nos enseña y nos recuerda el imborrable hecho de amar de manera sosegada…lenta…pero irreverente.