Que un grupo de dominicanos y haitianos se reúnan para crear arte puede parecer inusual, debido a la compleja relación entre República Dominicana y Haití.

Sin embargo, en agosto del 2015, un pequeño grupo de personas decidieron unirse para crear un proyecto que impulsara una cultura de paz y así garantizar un espacio de diálogo a través del arte y la cultura entre los dos pueblos.

La reunión se realizó a orillas del lago que separa Haití de la República Dominicana: Azueï. De ahí surgió el nombre de este movimiento entre artistas locales y del vecino país con el que además se busca deshacer prejuicios, valorar la riqueza del patrimonio insular y la proximidad de ambas culturas.

“Decidimos crear un movimiento para tener otra manera de hacer las cosas entre nosotros. Para fortalecer la cultura entre las dos naciones, crear obras conjuntas y a  través de esta creación común estamos descubriendo al otro”, dice a ACENTO Rachèle Magloire, presidenta de la asociación Azueï en Haití.

Al respecto, la también cineasta narra su propia experiencia: “Yo particularmente nunca tenía una figura amiga dominicana. Nunca eso me pasaba en la cabeza. Se había roto la dinámica de colaboración y solidaridad entre los dos países. Ahora hasta hablo un poco español y tengo amigos dominicanos”.

Mientras que Younès Karroum, miembro fundador del movimiento, explica que Azueï es pluridisciplinar, ya que está compuesto por músicos, grafiteros, cineastas y activistas sociales.

Al preguntársele sobre la complejidad que puede conllevar unir a ciudadanos de ambas naciones, debido a las diferencias culturales de cada uno, Karroum destaca el arte y la confianza.

“Las claves de como generar confianza no reside en el discurso, sino en cómo trabajar en las artes; de encontrar, primero, un lenguaje común para poder construir lo que sea. Para eso hay que identificar al otro como alguien con quien puedo compartir, puedo trabajar, y esto se construye a través de ejercicios, dinámicas de creación…”, dice.

A esto agrega que, muchas veces, lo complejo es dejar de lado la lectura nacional que se puede llegar a tener cuando se va de un país al otro.

“Es decir, cuando tenemos estos encuentros, estos momentos, me quito este gorro de lectura contextual que puedo tener yo desde mi país hacia el otro y tomo la mirada del otro e intento tener otra visión. Abrirse la mente. Y esto en Azueï funciona. Los artistas de Azueï tienen esta identidad integrada de que "somos Azueï". Y el discurso de los mismos artistas ha evolucionado muchísimo en estos siete años porque asumen ya cosas del otro que no asumían antes”, precisa.

Una isla unida por el arte

Tanto Magloire como Karroum coinciden en que el arte es la vía más idónea para unir ambos pueblos, y aseguran que la clave que les ha funcionado es la de hacerlo desde una posición constructiva.

Definen el arte como una herramienta clave para cambiar las mentalidades, tanto de dominicanos como de haitianos, y la percepción que tienen uno del otro.

“Porque creo que, al final, ha habido políticas voluntarias de pintar un vecino de una manera por intereses políticos y esto con muchos recursos, en Dominicana en particular. Esto ha generado que se establezca a veces una mentalidad hacia el otro basado solamente en estos criterios, no en la realidad del día a día. En Dominicana hay mucha interacción con haitianos. Hay muchos ejemplos de solidaridad. Hay muchas organizaciones trabajando en el tema, hay muchos casos de relación positiva”, indica Karroum.

Younès Karroum, miembro fundador de Azueï.

De su lado, Magloire pone también en contexto el tema de la discriminación y asegura que no solo ocurre hacia los haitianos, sino también hacia los dominicanos.

“También vemos la discriminación contra los haitianos porque nuestros artistas fueron apresados o maltratados. Tenemos algunos que viven aquí. Pero también descubrimos la discriminación contra los dominicanos. El racismo no solo es contra los haitianos. Hay un racismo profundo aquí (en la isla), del cual no se habla”, indica.

Rachèle Magloire, presidenta de Azueï en Haití.

Actividades en el país

En estos días, Azueï está inmerso en una gira por República Dominicana que ha incluido movilizaciones, talleres, ensayos, grabación de documentales y sesiones de música.

“Las actividades empezaron en febrero con una residencia en el rancho ecológico Campeche de Xiomara Fortuna con los grafiteros del equipo de Azueï, y portadores de organizaciones culturales de Haití y Dominicana que dentro del proyecto QuisqueyArt hemos financiado para incentivar intercambio más allá de nosotros, que otras organizaciones puedan emprender estos intercambios culturales. Porque en Dominicana hacen falta proyectos culturales con Haití, e igual en Haití hace falta esta conexión”, precisa Karroum.

Explica que dicha residencia, realizada como una dinámica de transformación de conflictos a través de las artes, se trabajó el concepto para un mural en la frontera de Dajabón y Juana Méndez.

El muro pintado por grafiteros del movimiento, en una pared de diez metros en el mercado fronterizo de Juana Méndez. Foto: Josué Azor

Entre las actividades de la gira en el país también incluyeron un conversatorio con todo el equipo del movimiento en El Portal Cultural, en la Ciudad Colonial.

En el mismo lugar, para hoy viernes, tendrán una sesión con todos los músicos de Azueï para quienes quieran ir y tocar con ellos.

Y para el cierre de la gira realizarán un concierto en el Centro Cultural de España, en la Ciudad Colonial, a las 8:00 de la noche, en el que tocarán todas las canciones de su álbum Artybonito.

Portada del álbum de la agrupación Azueï.