Título original: Irresistible. Año: 2020. Género: Comedia. País: USA. Dirección: Jon Stewart. Guion: Jon Stewart. Elenco: Steve Carell, Rose Byrne, Mackenzie Davis, Natasha Lyonne, Topher Grace. Duración: 1 hora 42 minutos

Segundo largometraje del comediante, conductor televisivo y escritor Jon Stewart, después de “Rose Water” (2014), la historia del periodista Maziar Bahari detenido en Irán por más de cien días y quien sufrió de un brutal interrogatorio en prisión.

Ahora Stewart se interna en una comedia política que intenta sacar el mejor partido a analizar, a modo de sátira, los intentos del partido demócrata por recuperar el voto de la llamada “gente común”.

Todo inicia cuando el estratega demócrata Gary Zimmer (Steve Carell) se interesa en ayudar al veterano retirado Jack Hastings (Chris Cooper) a postularse a la alcaldía de un pueblito perdido de Wisconsin. Interesado por su discurso filtrado a través de las redes sociales este estratega busca la mejor manera para que su candidatura tenga el éxito esperado.

No obstante, esto también interesa a la estratega republicana Faith Brewster (Rose Byrne) quien se enfrenta en una batalla de captación de voto para el rival de Hastings. Este enfrentamiento es lo que da marcha a una serie de retórica discursiva que permea todo el devenir de la película dejando caer ciertas migajas de crítica sobre la manera en que se manejan la dinámica de los procesos electorales, especialmente con el dinero de los grandes donantes en las elecciones norteamericanas.

Lo que Stewart quiere es tirar varios temas sobre política norteamericana en un amplio tablero para discutir sus alcances, pero lo que resulta es un mensaje poco definido porque su misma trama no logra funcionar del todo, mostrándose poco fluida a pesar de contar con la pericia de Carell quien le da un toque de hombre que quiere hacer las cosas lo mejor posible.

De sátiras políticas se ha tenido ejemplos muy funcionales como “Primary Colors” (Mike Nochols, 1988), “Wag the Dog” (Barry Levinson, 1997) o “Bob Roberts” (Tim Robbins, 1992). Esta no posee la altura de las mencionadas pues su tono cómico o satírico se disuelve en las intenciones del director en aclarar constantemente el tema.

Aunque el final de la trama tiene reservada una sorpresa, “Irresistible” puede considerarse una película blanca, sin pretensiones de retorcer el discurso hacia el sarcasmo, pero sí hablando sobre la moralidad dentro de las campañas electorales.