SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La revista Raíces 12 de los jesuítas, inspirada en las enseñanzas sociales del magisterio de la Iglesia católica, presenta en su última edición, un suplemento de cincuenta páginas, un abanico de reflexiones sobre la covid-19, que van desde la imagen de Dios en la pandemia, la actividad pastoral, lo educativo, lo que la enfermedad ha mostrado más allá de sí misma hasta el desafío de convivir con ella.

Con una mirada esperanzadora y realista, para ayudar a vivir este momento de nuestra historia con mayor profundidad e iluminado por la fe, la publicación advierte que la covid-19 permanecerá por un tiempo por lo que exhorta: "¡Cuidémonos, cuidemos a los demás y seamos solidarios!".

Esta crisis sanitaria ha puesto al descubierto nuestra fragilidad humana, dice y recuerda la alucución del papa Francisco al respecto, en la bendición extraordinaria Urbi et Orbi con motivo de la pandemia el 27 de marzo.

“Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente”, dijo el sumo pontífice.

En esta barca, estamos todos, apunta la revista Raíces 12: “Desconcertados por lo novedoso de la situación y por la avalancha de información, simplemente nos percibimos como incapaces de comprender qué es lo que verdaderamente está ocurriendo. La pandemia no estaba presente en el imaginario colectivo; más bien era algo referido a la historia y a las narraciones bíblicas”, sostiene en su editorial.

La sola idea de ser afectados por la covid-19 “ha hecho que las seguridades tradicionales -económicas, estatus social o educativas- cayeran”, añade el texto y admite que el mal “ha suscitado preguntas en los ámbitos en los que cimentábamos nuestra confianza: ¿Dónde está Dios en medio de tanto sufrimiento? ¿Nuestras economías no han provocado un bienestar suficiente para salvarnos? ¿Qué es lo importante en la vida?”.

Apunta a que en este momento “no nos valen las teorías conspirativas que solo sirven para confrontar ideologías, posponiendo la vida humana que día a día lucha por vivir”, porque lo que se necesita es “aprender de este tiempo de pandemia”.

“Nos invita a repensar desde los modos sociales y económicos hasta valorar el gran don de la cercanía de nuestros seres queridos y amistades. La vida no se ha detenido. Hemos sido capaces de buscar mediaciones para seguir adelante, desde el teletrabajo, la docencia virtual, el uso de los medios electrónicos como vía para los encuentros y acompañamiento pastoral.

También hay que aprender a vivir con la pandemia. El autocuidado como un modo de preservar la integridad”, remata.

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