SANTO DOMINGO, República Dominicana.- "Cuando esa persona llegaba a la casa (refiriéndose a su padre) yo rezaba para que ni siquiera me mirara porque desde que me veía me pegaba por todo y por nada. Eramos 4 hermanos pero solo a mi me ponía la mano. Yo crecí deseando no haber nacido".

Esa es la historia de Pablito (nombre dado al testigo para proteger su identidad), quien durante toda su niñez fue víctima de abuso físico por parte de su padre hasta que decidió mudarse de la casa a la edad de 16 años a causa del maltrato que recibía.

Cuenta además que su vida de adulto le ha sido difícil porque aquella situación lo dejó traumado y con desconfianza para establecer relaciones con  las personas. Hoy día vive solo y apartado de su familia.

El abuso infantil es un problema existente a nivel mundial que puede dejar marcada la vida de esos niños que sufren este tipo de trato, con secuelas que pueden incluso inferir en sus vidas de adulto.  

Es una situación que no mira estatus social ni económico, por lo que un caso de abuso infantil puede presentarse en cualquier familia y puede envolver a distintas clases de personas como anteriormente lo hemos visto en casos de figuras públicas, políticos y ciudadanos comunes. 

"Esas diversas situaciones de maltrato en niños y adolescentes dejan marcas hasta tiempo después de hacer vivido el hecho. Aunque vamos mejorando en la parte de crear conciencia, la realidad es que el porcentaje que va a terapia en busca de asistencia tras sucesos como este es bajo", explica la psicóloga clínica Natasha Ramírez Domingo, al tiempo que definió el abuso como una forma de maltrato de manera mas "sutil" donde el emisor suele aprovecharse de una situación para obtener su cometido.

En conversación con Acento, la experta señaló que por lo general, cuando se habla de abuso a menores se suele llevar al contexto sexual, pero el problema aborda mas que eso y posee otros patrones.

El abuso conlleva a hacer objeto de trato deshonesto a una persona de menor experiencia, fuerza o poder, en este caso de niños, niñas y adolescentes, y viene acompañado de acciones de toda índole. 

Dentro del marco legal se considera niño o niña a toda persona desde su nacimiento hasta los doce años,  y adolescente, a toda persona desde los trece años hasta alcanzar la mayoría de edad.

En ese mismo aspecto se contempla la Ley 136-03 sobre el Sistema de Protección y Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes, donde se exponen los diferentes tipos de abusos a menores, así como su penalización. 

Según datos abiertos del Ministerio Público, en República Dominicana se han reportado un total de 1,278 casos sometidos por abuso a menores desde enero hasta junio del presente año, de los cuales encabezan la lista Santiago con 346, Puerto Plata con 243, San Cristóbal con 132 y Santo Domingo con 100 casos. 

Le continúan Santiago Rodríguez con 52, Monte Cristi con 69, Hato Mayor y María Trinidad Sánchez con 46, 32 en San José de Ocoa, Elías Piña con 31, 18 Dajabón y Monte Plata, 17 en San Juan de la Maguana, El Seibo con 15, 12 en Monseñor Nouel, 11 en Espaillat.

Mientras que en Azua, Bahoruco, Barahona, Duarte, Constanza, Hermanas Mirabal, Sánchez Ramírez, Valverde, Distrito Nacional, Independencia, Pedernales, Samaná y San Pedro de Macorís registran menos de 10 casos de abuso contra menores. 

La Ley, específicamente en su artículo 396 sobre la sanción contra el abuso de NNA, se muestran los 3 tipos que observa la justicia: 1) Abuso físico: cualquier daño físico que reciba el NNA de forma no accidental y en que la persona que le ocasione esta lesión se encuentre en condiciones de superioridad o poder. 2) Abuso Psicológico: Cuando un adulto ataca de manera sistemática el desarrollo personal del NNA y su competencia social. 3) Abuso sexual: Es la práctica sexual con un NNA  por un adulto o persona cinco años mayor para su propia gratificación sexual sin consideración del desarrollo psicosexual del menor y que puede ocurrir aun sin contacto físico.

Indica además qué "Será castigado con penas de dos (2) a cinco (5) años de prisión y multa de tres (3) a diez (10) salario mínimo establecido oficialmente, vigente al momento de cometer la infracción, si el autor o autora del hecho mantiene una relación de autoridad, guarda o vigilancia (maestro, guardianes, funcionarios, policías etc.) sobre el niño, niña o adolescente y si se producen lesiones severas, comprobadas por especialistas en el área, se aplicará el máximo de la pena indicada anteriormente. Cuando los infractores sean extranjeros o nacionales que en la comisión del hecho negocien, trafiquen o se hayan vinculado para la comisión del hecho con traficantes o comerciantes de niños, niñas y adolescentes, serán castigados con el doble del máximo de la pena." 

Con tales medidas, la justicia persigue enmendar el comportamiento del autor de un hecho como este, mas el infortunio provocado a las víctimas muchas veces tarda en sanar y en los casos mas extremos queda plasmado de por vida.

Daños Psicológicos 

Luego de que Pablito se mudó de casa de su padre a la edad de 16 años, tuvo que dejar la escuela por alrededor de 1 año para irse a vivir con una abuela materna. Durante ese tiempo se mantuvo aislado con miedo a ser golpeado una vez mas y presentando baja autoestima al no sentirse querido por nadie mas que su abuela.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, todo tipo de abuso infantil es un detonante de sufrimiento para los niños y sus familias, y puede ocasionar consecuencias a largo plazo afectando la salud física como mental. 

Natasha Ramírez Domingo, quien además es especialista en violencia y abuso, reiteró que "desde la psicología podemos ver como las diversas situaciones de abuso o maltrato en NNA dejan cicatrices tanto a nivel emocional como comportamental, sin olvidarnos de la parte física".

Dentro de esas secuelas psicológicas se pueden mencionar aislamiento, temores, bajo auto-concepto, depresión, desconfianzas, conflictos para establecer vínculos sanos con otros, dificultad a nivel educacional, entre otros. 

Aclaró también que, "si bien es cierto que el suceso de maltrato o abuso a quien más afecta es a la propia víctima, no podemos dejar de lado las repercusiones que esto pueda traer también a los familiares, pues esto puede suponer un cambio en las dinámicas familiares, en especial si tomamos en cuenta cuando la persona emisora del acto violento forma parte del núcleo familiar, lo cual supondría siempre tomar las medidas necesarias para la protección de la víctima".

La OMS señala que los adultos que fueron abusados durante la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y mentales, dejando efectos psicoprofesionales que pudieran ralentizar el desarrollo social y económico de un país.  

Remanentes en menores víctimas de abuso

Un ejemplo reciente de los efectos por abuso a menores, es el caso de Daisy Coleman, una joven estadounidense que fue abusada sexualmente por un conocido cuando apenas tenía 14 años de edad . Al reportarlo a las autoridades, estas no detuvieron al supuesto agresor por faltas de evidencia, por lo que luego Daisy fue victima de burlas, acoso y tachada de "mentirosa" por sus vecinos. La historia de esta joven fue captada en un documental de Netflix para reflejar su situación y cómo fue superada por ella y su familia, sin embargo, su cuerpo fue hallado sin vida a la edad de 23 años tras haberse suicidado. Según su madre, Daisy nunca superó la agresión.

Aunque esta problemática representa un gran reto para la sociedad, la especialista Natasha Ramírez  Domingo propone cambiar el "chip" a un modelo de disciplina en casa, donde se pierda el miedo a "me van a castigar si se enteran que hice algo malo", puesto que es una de las herramientas mas utilizadas por agresores o abusadores para obtener el silencio de sus víctimas.