Desde el inicio de la pandemia el sector turismo ha sido uno de los más afectados, tanto en la República Dominicana, como en el resto del mundo. Dicha afectación impacta en toda la economía del país, ya que dependemos en gran medida de esta fuente de ingresos para el mantenimiento de la estabilidad económica. A partir de la toma de posesión del actual gobierno, el pasado 16 de agosto, el presidente de la República junto con el ministro de turismo han realizado múltiples esfuerzos con miras a relanzar este sector apostando a su pronta recuperación. Muestra de ello fueron las diversas medidas anunciadas por el gobierno la semana pasada, incentivando en gran medida el turismo local, al ofrecerles una serie de facilidades para que se motiven a visitar los lugares paradisiacos que ofrece nuestra hermosa media isla.

Entendemos que son medidas necesarias y que deben desde el gobierno, junto con el sector privado, continuar trabajando en estrategias que permitan la recuperación de ese tan importante sector de la economía dominicana. Sin embargo, queremos llamar la atención con respecto a que no podemos perder de vista el momento que estamos viviendo y no olvidar que la caída del turismo se debió a la presencia de una pandemia que, a pesar de que hemos tenido avances en el país, pues en las últimas semanas la positividad, así como el número de fallecimientos ha ido disminuyendo, el COVID-19 aún se encuentra presente y debemos continuar aplicando las diferentes medidas preventivas necesarias para seguir avanzando en esta lucha.

Para ser más específico con mi llamado de alerta, quisiera mencionar el tuit publicado por el ministro de turismo David Collado el pasado domingo, quien escribió lo siguiente: “recibimos la notificación de que las habitaciones de los hoteles del interior habilitadas para este fin de semana están llenas. El presente gobierno ha apostado al turismo interno como visión de activar la cadena de valor del sector y poco a poco lo estamos logrando”.  Este es un mensaje esperanzador y que, en principio, podría llenarnos de aliento a todos. Sin embargo, asimismo el pasado fin de semana se hicieron virales en las redes sociales videos e imágenes en donde se observan personas en diferentes hoteles y playas de nuestro país sin respetar medida alguna de distanciamiento social. El uso de mascarilla y el respeto de un espacio prudente entre una persona y otra era inexistente. Esto es un peligro.

El Ministerio de Turismo, junto con el Ministerio de Salud Pública, deben asumir un rol mucho más activo de vigilancia en nuestras zonas turísticas, para garantizar que haya un disfrute de nuestras playas, piscinas, ríos, balnearios, respetando aquellas medidas de prevención del COVID-19 que han sido dictadas, tanto por el gobierno anterior, como por el actual. Por igual, la ciudadanía debe poner de su parte para actuar de forma consciente y no entender que porque poco a poco se han flexibilizado ciertas medidas significa que debemos olvidar lo perjudicial que puede llegar a ser este virus que nos afecta.

Con lo aquí planteado no sugiero la prohibición del funcionamiento de las múltiples empresas que se dedican al turismo. Muy por el contrario, lo que planteo es que estas funcionen, pero, siempre respetando las medidas sanitarias necesarias. El respeto de dichas medidas a largo plazo es lo que nos permitirá (hasta que aparezca una vacuna efectiva) que como país no tengamos un retroceso en el combate de la pandemia. Tener una recaída en esta lucha terminaría afectando no solo al turismo, sino también a todos los sectores de la economía nacional que, poco a poco, han venido dando pequeños pasos de avance.

En conclusión, somos conscientes de lo importante que es el turismo para nuestro país y una vez más apostamos a su relanzamiento. Lo único que queremos es que este sea un proceso que se lleve a cabo de una forma sostenible. Sostenibilidad que solo se logra si se respetan todas las medidas sanitarias de prevención del COVID-19, ya que, de lo contrario, al final del camino tendremos una vez más, las habitaciones de los hoteles vacías y las de los hospitales llenas.