El arcipreste quiere hablarle al buen y al mal amor, a los gozos de una santa llamada maría, quiérase muy digna en gozos y artilugios; la oración quel arcipreste hizo a dios cuando pudo comenzar su libro fue también contada, no sabida por los ecos milagrosos. nombre profetizado que fue grande, esplendoroso, fijado por el libro y la amenaza; escarnio y nave en maleficio, corte de vestigio, llama que conmueve.  dame gracia virgen, pues esta profecía se derrama en conos y caídas, madre de pecadoras y pecadores. no da consolación ni sombra; abrupto el elemento se revela doble parpadeo, cola que se muerde la cabeza y espectro otrosí fue la pintura,  la escritura y las imágenes de cosas y  porfías.  decreto en número y vocal, vive  otrosí, penetran en la imperfecta geografía desechos humanos y humanales si quisiere el loco amor, a poco en pubis y comienzo mala capa de lo primero: el gozo raíz,  segunda cosa, buen espejo; todo lo escuchado surge como espanto y como ves, o como se ve, ruega por nosotros y los otros: peca, peca por nosotros, oh santa, santa, santa del origen. yo que la quebrantaría en soplo y arco a punto vivo y nuestros tragallos y estragallos, voces distes y pedistes la epidemia, esa misma epidemia del lenguaje que va naciendo, va perdiendo su pulso en la tormenta; aquel camino cercano a la deriva, bien, así acaece y tú señor en viga, y en vigila tira de la cuerda. luego te enajenas y caes como júpiter sin llama ni carruaje  del corneta. corana corre en la corriente corrida como en corta estancia; cota cuánta dilatada. así derrama este cuerpo su lenguaje desterrado de halago, orquesta, encargos y desgarros gratia plena inédita tu honrado cuerpo sin igual; mujer nacida, virgen rosa en cárcel peligrosa, santa madre, no ramera, dolorosa mater purísima, sálvame desde gente soberviosa, mala, cruel y maliciosa; limpia rosa, catadura reluciente ventris tui santa rosa e benedictus fructus, loa tu figura incierta duda, sierpe que no vive pero amarra. se trata de aquel mundo libro merecido del amor, libro de la tea cumplida en triste y larga petición de lo imperfecto. quieres o quisiste luna en ti señora de  servir mejor ahora, agora en tribulanza es a toda hora ventura astrosa, cruel, cautiva y enojosa, mi vecina falsa: pienso, digo, pero el puerto es puro tiempo, coito de sirenas. la tormenta agarra, suena, sueña más si tú porfías y nunca te desvías  habla el arcipreste y dice: como quiere el arcipreste, hora de todos los espasmos y rumores, piel infiel, mapa que no sueña estados; las nuestras hijas; los nuestros yernos, nueras y difuntos pecadores, sin fulgores, pero cómo el aguaducho, el compungido, el tan temido agujereado tiempo, debatido  agraviado y penumbroso pide, absorbe, escupe la palabra, el cómo doy, doñeo, doñea de mentir y así parece que otra cosa se merece, dice el arcipreste, ya que nace, se deshace; puede ser el centro, el diccionario, el cuerpo del espanto, el aparejo no es ardid. renunciaría sin embargo al paso de la hora deste siglo, sigiloso y vigilado; remate y signo de una esfera sin salida, no se siembra, no se pudre el otro en el espejo si la cosa habla(fabla, fabula), tiene toda su bondad, mala dicha o mala suerte: aquí fabla la pelea quel ancipreste tuvo con don amor, obra de piedad y puerta váyase a la salvagina toda cosa no segura, diván del heresiarca, desborde y pavoroso ritmo,  en búsqueda constante más allá de la forma y la ceniza corona en su laurel, alegoría, icono bendito punto convertido en letra que se abre solitaria a la invicta política letal, corrompida en su autoridad en la pregunta,  nube, sube espesa, espesa imagen solar, medida de la estirpe. corazón de espejo que es parejo, exacto, sin reposo, urdimbre pavorosa. si quisiera ver los decretales, mira pide hueso y cobre ; biliosa forma que resbala en piélago y cadáveres.  el aullido en cima: boca y punta de la flecha. ve caer al dios en penitencia, contracción del santo, confesión y purgatorio pero qué decir, imagen tenebrosa, temblorosa, milagrosa. qué poder decir desta presencia en su incompleta, espesa boca en claridad y cielo en pulso justo. cuando la página se ordena y te condena, nunca el embudo soñará su lengua.   Suerte, espiga que no calla la pasión en su lugar, en su andadura: incendio, tumba, cuerpo del hechizo; vestigio que no envuelve el crudo golpe en noche y filo. así se deslizaba fieramente la cuerda en la garganta.  mueve tierra y luna, sol,  mancha incesante. el orificio hablaba, calentaba el trazo y su declive. fragmento del enigma donde arde la ventisca, el sórdido pilero desemboca en negro fúlgido esqueleto; no la oruga, sombra deste cuerpo esplendoroso, único y sembrado cuerpo; íntima edad de la aventura en desmesura, en su portento constante permanece el arcipreste santoso, guabinoso, lejos del oficio de poeta y de cristiano, sórdida ironía local empuja y el pacto no es el eco,  piedra en sueño y paramento. así,  allí se abre de nuevo el precipicio, terca hendidura de la nave acuosa, veleidosa,  impertinente cauce que por vena conduce al laberinto: coágulo verbal,  artritis quel poeta soporta como peso y mano sobre el punto que es un puerto solitario fugoso y fogoso como estepa que se hunde en los abismos de la herida final esguince de la cuerda; cuerpo en su beleño, espiga en gozo de la santa maría en su regazo. imán dichoso. augurio que incorpora signo. su reclamo del instinto: sinalefa, hiato, letra en su silencio, estigma y duende que la estrofa acoge en su dolor de geografía; identidad de la rosa en cielo y paramento letal. insomnio. Sustantivo, adjetivo y verbo que dice en movimiento sus bordes y caídas. sitial de mundo arcano círculo secreto; el equinoccio es ardid, recato y paraíso. silabeo en la aventura del lenguaje. amor: libro de  buen amo.r el poligrama es vaticinio, el doble del poema. Es por eso que lo firma el arcipreste en hita, de hita, en toda plenitud de voz y para que conste en el acta del poema.