COMIQUERÍA 

“. . .al decir esa COMIQUERÍA se quedó muy serio”.

Es fácil dar con la raíz de la voz del título. Está relacionada con la palabra cómico que es bien conocida en el habla internacional. Los dominicanos usan la palabra cómico sin retener el matiz que la separa de humorista o humorismo.

Cuando el cómico es la persona, es aquella que hace reír. El humorista es la persona que se expresa o actúa con humor, tomando la última palabra, humor, con el significado de descubrir y manifestar lo divertido. En los casos en que el hablante de español dominicano usa indistintamente una u otra de las dos palabras definidas, lo hace tomando en cuenta el resultado de la actividad, “hacer reír”.

En el español internacional una comiquería es la reunión o el conjunto de cómicos. El Diccionario de americanismos no registra la voz comiquería entre aquellas que son de uso o que se conocen en el español hispanoamericano.

A pesar de lo que se escribe al final del párrafo anterior, el Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico asienta la voz comiquería, “Dichos o hechos que hacen reír. Comicidad.” Es algo harto conocido que los puertorriqueños y los dominicanos utilizan muchas voces comunes que no pertenecen al español internacional.

Tal y como lo presenta este Tesoro, la voz comiquería es la que reemplaza a comicidad en el habla de los puertorriqueños, así como en la de los dominicanos.

Como era de esperarse, el Diccionario del español dominicano (2013:206) le hizo un espacio a la voz comiquería, “Acto o acción cómica o que provoca risa”.

En el habla de los dominicanos se ha producido una extensión de la voz comiquería. Se la usa para mostrar desdén acerca de una acción de una persona, aunque el agente de la acción actúe de modo serio o se exprese de manera formal.

Ha de entenderse que en el caso que se retiene aquí esta es una manera de descalificar la actuación o expresión de una persona, de allí que pueda escucharse a veces, “Esas son comiquerías de ese Fulano”. Por la explicación retropróxima se entiende que esta comiquería no mueve a risa, sino al menosprecio con que se toma lo que de ese modo se califica.

Existe otra situación en la que se utiliza comiquería. Es en los casos en que una persona emplea tácticas dilatorias para incorporarse a una tarea sin manifestarlo de palabras, sino de acción, siendo moroso; en esos casos y en otros parecidos se ha oído a una o más de las partes involucradas en una tarea que le dicen al barajador, “Mengano, déjate de comiquerías y ven a trabajar”.

Lo que acaba de exponerse puede apuntarse como una variante de la acepción ya copiada o como una “subacepción” separada de la anterior, si es que no se desea consignarla como una acepción totalmente diferente de la ya señalada.

CONUQUISMO

“. . .donde analizaban la quema y el CONUQUISMO”.

No hay lugar a hesitación con respecto a la palabra que se encuentra en el origen de la que se presenta en el título. Este conuquismo deriva de conuco. Es natural entonces que al entrar en el estudio de este conuquismo se comience por conuco.

El Diccionario de la lengua española, el de la RAE, consigna la voz conuco con tres acepciones. La primera acepción se la considera antillana, la segunda es común a Cuba, República Dominicana y Venezuela. La tercera es privativa de Cuba.

El citado diccionario ha modificado la cantidad de acepciones para reconocer los significados que se han atribuido al conuco. La primera acepción que entró en el mencionado diccionario fue la cubana, “Parcela de tierra que concedían en Cuba los dueños a sus esclavos para que estos la cultivaran por su cuenta”. Así aparece en la página 276 de la edición decimocuarta de 1914 de ese lexicón. Ya antes D. Roque Barcia reconocía la voz en su Diccionario general etimológico con dos acepciones. La primera era, “Casa de labranza con tierras para sembrar el maíz, alubias, etc.” La segunda, “La tierra en que se siembran los granos y legumbres con que se mantiene la gente en una casa de campo” (1890-I-1041).

Por medio de la lectura de las redacciones de estas acepciones se nota que para esta palabra D. Roque no siguió en esta ocasión la pauta trazada por Esteban Pichardo en su Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas (1836:180). El último trae detalles acerca de la voz que van más allá de una simpe acepción. Usa palabras como, “heredad miserable de poco terreno con su bojío”. Es el terreno señalado “por el dueño de las haciendas grandes a cada negro para que le trabaje y atienda los días festivos, gozando de sus productos como usufructuario condicional o especial”. Acota este lexicógrafo que no sabe a ciencia cierta si la voz procede del aborigen de las Antillas o de África por su terminación y consigna la variante cunuco.

No huelga recordar que la voz conuco aparece ya en los escritos de Bartolomé de Las Casas y Gonzalo Fernández de Oviedo. Estos dos cronistas, “escriben claramente que es palabra de Santo Domingo. P. Henríquez Ureña…la tiene creo que acertadamente, por vocablo taíno”. Indigenismos (1977-I-460).

  1. Fernando Ortiz no desperdició la ocasión que le proporcionó Pichardo para introducir una larga exposición de trece páginas en su Glosario de africanismos (1924:121-133) y así reivindicar el origen africano de la palabra conuco. Durante largo tiempo la Real Academia de la Lengua solo mencionaba que la voz era americana, pero en la actualidad reconoce el origen taíno.

En República Dominicana hace largo tiempo que se reconoce el conuco como una pequeña parcela de terreno destinada al cultivo de frutos menores. El campesino que lo cultiva puede vivir allí sin ser necesariamente propietario de la tierra. El conuco se consideró durante largo tiempo como un lugar de cultivo de subsistencia realizado por una sola persona o con ayuda de la familia inmediata.

En República Dominicana después de la caída del régimen de Trujillo comenzó a usarse una palabra que era de poco uso hasta entonces, “minifundio”, que era lo opuesto a otra palabra de mucho contenido político, latifundio. La caracterización del conuco y del minifundio coinciden en gran medida.

La palabra conuco ha dado pie a varias derivadas, “conuquito” que es un diminutivo que en muchos casos usa el campesino para referirse al suyo con acento cariñoso. “Conuqueo” es el trabajo que se realiza en el conuco. “Conuquero,a” es la persona que labora en el conuco, así como aquella que vive en este. En Venezuela el conuquero era quien fundaba o labraba un conuco. Glosario de voces indígenas de Venezuela (1921:89).

  1. Francisco Javier Pérez documenta la voz conuco en Venezuela, Diccionario histórico del español de Venezuela (2011-I-331). Las características principales son, “pequeño terreno; cerca del rancho campesino; destinado a cultivos menores; para consumo familiar”. Este estudioso añade, “el uso metafórico que hace que la voz designe el órgano sexual femenino en ámbitos coloquiales”.

Otra intervención de conuco en el español dominicano es “vara conuquera” que es una medida que fue de uso en los campos dominicanos y que ha caído víctima de los avances de la ciencia. Esta es, “medida de longitud equivalente a 98,73 pulgadas”. Diccionario del español dominicano (2013:690). Aquí hay lugar a pensar que el adoptar una medida con este nombre era un indicio de la prevalencia de los conucos en el sistema y escala de cultivo en el campo dominicano.

Otro indicio de la importancia del conuco en el español dominicano es la incorporación de la palabra al léxico del campesino. D. Bruno Rosario Candelier, refiere que en Bacuí, provincia de La Vega, un campesino le advirtió, “El sabio vive del bruto, y el bruto, de su conuco”. Este adagio traduce un sentimiento profundo. Es desafortunado que algunas personas tuerzan las expresiones diciendo que algunas mujeres “viven de su conuco”, lo que da lugar a una interpretación aviesa.

De lo expuesto más arriba puede considerarse que el conuquismo es el minifundismo de las islas Antillanas. El sufijo -ismo que se añade a la raíz (¿?) del conuco, conu-, da a entender que se refiere en este caso al sistema de explotación agrícola que obedece a la escala de conuco o, donde prevalece este tipo de cultivo.