La pandemia de virus se expande en el país. Las estadísticas hablan con objetividad. El boletín de este lunes registró 974 casos, el boletín del domingo registró 1,418 casos nuevos. El boletín del sábado informaba de 1,199 casos nuevos. Las elecciones pasaron. La abstención fue altísima, por el miedo al Covid-19, pero los ciudadanos están en las calles y no quieren más cuarentena.

Eso es lo que parece. Los días transcurridos después de las elecciones del 5 de julio han sido elocuentes. La gente se ha lanzado a las calles a reclamar su espacio, aprovechar cualquier posibilidad de compartir y divertirse. Y las informaciones sobre el aumento de los contagios siguen divulgándose pero los ciudadanos siguen saliendo y divirtiéndose en las playas, las avenidas, los bares, las discotecas. En Malecón del Distrito Nacional estaba repleto de vehículos el domingo pasado.

La pregunta es ¿fracasó el gobierno dominicano en transmitir una información eficaz del necesario distanciamiento? ¿Se hartaron los ciudadanos de quedarse en casa? ¿Las informaciones de los nuevos contagios ya no crean temores? ¿Por qué muchos, casi la mitad de los electores, no fueron a votar y ahora sí están saliendo a las calles?

Hay una gran disyuntiva para las autoridades de salud. Las redes sociales no se cansan de apostillar y vilipendiar al ministro de salud, Rafael Sánchez Cárdenas. La imagen del ministro ha quedado muy deteriorada, pese al esfuerzo personal que ese funcionario ha hecho para tratar de quedar bien en esta crisis. Política aparte.

Los ciudadanos están interesados en las nuevas autoridades de salud que designe Luis Abinader, y dan seguimiento a los mensajes de designaciones que sigue haciendo el presidente electo. La designación de la persona que ocupe la Procuraduría General de la República es el deseo más expresado en las redes. Y muchos, la mayoría, quieren que haya justicia, y que quien ocupe esa posición sea alguien con experiencia, solvencia, capacidad y conocimiento, para que pueda desmontar las designaciones, por concursos y sin concursos, hechas por el licenciado Jean Alain Rodríguez, saliente Procurador General de la República.

Luis Abinader, presidente electo, fue el político que con mayor intensidad propuso acciones conjuntas del gobierno de Danilo Medina con los líderes opositores contra el virus. Medina nunca respondió y se quedó como el llanero solitario, haciendo todo cuanto era posible al gobierno, y de paso a Gonzalo Castillo, para que pudiera sacar provecho de la tragedia. Ya no hay tiempo para que las comisiones del área de salud acuerden nada. Las elecciones pasaron. Lo que se espera es que el nuevo gobierno tome el toro por los cuernos y, con acciones atrevidas y consistentes, reduzca la expansión de la pandemia. ¿Será posible? Nadie lo sabe. La decisión más radical sería cuarentena de nuevo. El país, por lo visto no está en eso. Y será el nuevo Congreso Nacional quien decida si acoge cualquier propuesta del presidente Luis Abinader en esa dirección.

Estamos obligamos a tomar medidas atrevidas, urgentes, vigorosas, que detengan la expansión del virus. Y la cuarentena no es una decisión aconsejable en este momento. La gente está en las calles y pareciera que tiene la decisión de asumir el riesgo. Algunos salvarán la vida y otros fallecerán. Los cálculos hasta ahora indican que en el país podría morir alrededor de 7 mil personas. Los muertos hasta ahora son 903, lo que quiere decir que nos esperan de aquí en adelante una suma superior a los 6 mil fallecimientos. Para pensar.