Lo apacible reconcentra el volumen. La pulpa es piedra, hallazgo ceñido y armonioso con que choca el alud primaveral. Una raíz  controla rudamente como una majestuosa erosión. El hervor agreste se sustrae del vuelco con la raíz que austeramente gesticula. Polícromo desborde condensado  […] brillantemente conceptual.  

«METÁFORA». Ida Gramcko (1924-1994).

Autofotografía de Citlally Miranda

El cuerpo «femenino» sabemos que ha sido instrumentalizado y, qué decir de la identidad sexual y genérica dada a ese cuerpo que se hace árbol (arboleda), que engendra desde sí mismo semillas.

Representar esa metáfora de existencia del ser requiere de un consciente/inconsciente juego de lenguajes.  Quizá, la plástica/plasticidad resulte en una mediación, porque este  sujeto no nos va a obedecer, solo nos dejará observarle, recrearle, y  reencontrarle en las redes de esos lenguajes. Nadie, a lo sumo, el espectador “juzgará” lo que “ve”, que será el otro/la otra/l@s otr@s.

El arte, lo visual,  es posible que nos ayude a entender, responder o revisar lo que somos. Somos una hipérbole, tal vez, a fin de cuentas,  de aguas invertidas; esencialmente sexuales, sexuadas y asexuales.

Citlally Miranda [1]  desde su taller en Pennsylvania, recientemente, ha creado una  serie de dibujos que llama «Estudios para macetas de tripitas» y, que expresa que «Son parte de mi proceso de pensamiento acerca de la conjugación de identidad biológica, cultural y psicológica, también mi descubrimiento sobre el concepto de Extimidad ( extimité) por Jaques Lacan. »

Son dibujos de invención, que enuncian de lo que tanto se habla ahora: la diversidad, historiable desde la perspectiva de género; una cuestión que se nombra, que los Estados en sus constituciones –sobre todo en Latinoamericana-  aún no normatizan, porque la han hecho sinónimo de “catástrofe” de la tradición, más aun cuando se  muestra que lo transgénerico es esencia del ser, al igual que lo translinguístico. 

Miranda resume aquí, y transmite, en esta serie,  la idea de lo que es una artista y su tiempo, o una artista como testigo de su tiempo.  Coloca en crisis lo absoluto/objeto sexual; sabe que en la Naturaleza  está lo verdaderamente inmutable y, que la identificación con ella, es, la forma permanente del espíritu adoptar su lenguaje.

Ir hacia la metáfora, a la expresión misma de las formas que toma la acción, es verificar que los axiomas no tienen otra intención  que quebrar a la inmediatez y al  instante.

«Estudios para macetas de tripitas»  es  un desmembramiento del simbolismo; formas primigenias (¿acaso?) de las individualidades; una reintegración a lo unitario/disperso a través de un ojo, de un ser-en-el-ser  que sorprende. Cuerpos facundos y fecundados, encantados por el antagonismo entre lo femenino y lo masculino. ¿Antagonismo humano o antagonismo de la Naturaleza? Juntas idénticas y no idénticas de frutos/senos que brotan; son esos: semillas abiertas de la metáfora del árbol/arboleda  (el axismundi) desde el cual se nace.

La habilidad de la mano de la artista, audaz e irreverente, nos da esta grafía de desquite con el mito del árbol cósmico y, allí está el énfasis puesto en lo que pudiera ser ramas reverdecidas,  cordones umbilicales con  desempeños y conexiones  para los ciclos en que se forma la identidad sexual/genérica.  Cada dibujo tiene un “algo”, un algo que relata y describe desde sus trazos y  colores, que no es degenerante de las identidades, sino constructor de las diversidades.

Es posible que la diversidad sea la síntesis de la plenitud del ser, la liberalidad del ser; el ánima hecha metáfora, no sólo de alcance ontológico sino inicio del comienzo del símbolo. 

Quizás, Miranda nos muestra que, es la vida misma que nos hace vestir al ser, darle una identidad con “cautela”, que no es pura, sino imaginaria; que es extraña a la memoria; esa memoria, aparentemente, perdida que nos interceptan, que la condicionan para que no pueda ser re-significada ni re-representada; puesto que el orden represivo patriarcal acusa a esa memoria; no da asentimiento para que se re-conozca ni al nacer, ni al crecer y, por supuesto, ni cuando la existencia requiere que se remita a ella para constatar  que somos eso: apariencias a expensas del poder fálico.

Así, las apariencias del poder fálico, empujan a la coerción de las identidades impuestas. No obstante,  la artista/creadora agita a la  Naturaleza; extrapola con estímulos de fugas en el pulso de sus trazos y líneas: todos los argumentos posibles del  desanudamiento de las fuerzas más allá de lo ficticio y de lo indescifrable. Miranda pretende restituirle al ser la androginia; ese  “atributo” de la Naturaleza, de la tierra y del agua; que se debe conquistar, no sólo pactar como libertad de cada uno,  sino como  exaltación de la fecundidad inextinguible.

Quizás Miranda, a la vez, ha hecho una inmersión en lo que podría llamarse mundo de la alternabilidad, y sugiere (en sus dibujos) aun cuando son  narraciones sin caras, sin rostros,  lo que hubo de hallazgos en sus sueños, fuera de la realidad (del sistema o  realidad falo), ya que su psiquis hizo omisión a las representaciones dadas desde su nacimiento. Sin embargo, desde esa inmersión  en la cual se aprecia un ámbito subversivo de lo «femenino» (representación de los senos y la vulva), el binarismo (al parecer) no está –por parte de la artista- en re-visión; sí lo que encierra la rigidez de la jerarquización de lo masculino, puesto que las subjetividades de las identidades tienen varias reescrituras visuales en sus dibujos. 

La “impostura” de la artista, introspectiva,  nos muestra las cicatrices que lo extrasensorial deja en la memoria de la mujer; es decir: meditar, pensar, reflexionar… nos restituye la posibilidad de alumbrar conceptos y obras adversas al patriarcalismo. Sólo hay que dejarse abstraer, que lo “súbito” nos encuentre  antes las circunstancias que nos hacen problematizar las multitudes de etiquetas colocadas a cada vida, a cada ser y, por supuesto, a cada sujeto/persona.

«Estudios para macetas de tripitas»  [2]  se apoya en la cuestión mujer/Naturaleza, vuelvo a insistir. Una mujer “es” eso: Naturaleza (la una, la otra); es la que pare lo genérico, lo diverso desde la tierra y el agua.  Citlally Miranda le llama «macetas de tripitas». Nosotras, las otras tripitas, metáfora.

NOTAS 

[1] CITLALLY MIRANDA PÉREZ  (SANTO DOMINGO,  1970).  Artista multidisciplinaria dominicana.

Produce sus obras en distintos medios como el dibujo, collage, pintura, fotografía, intervención de objetos, esculturas textiles, instalación, videoarte,  performance, y experimenta la interacción de procedimientos   de los que resultan piezas híbridas.

Ha recibido distinciones, galardones y reconocimientos. Premio de Pintura  (2008), Premio de Fotografía  y Wilfredo García (2009). Artista invitada del Salón del Dibujo, Museo de Arte Moderno (MAN) en el 2007 y 2008.  

En el 2010-2011 es seleccionada y finalista en la V Bienal Inter-Americana de Videoarte BID del Proyecto itinerante por 15 países en festivales de video arte y cine como el de Cannes. En el 2011 es artista seleccionada y premiada en la XXVI Bienal Nacional de Artes del Museo de Arte Moderno (MAN). En el 2012 es artista seleccionada para el proyecto transnacional de intervención urbana De Mi Barrio a Tu Barrio, Goethe-Institut Mexiko, itinerante por países Latino-americanos, México y Alemania, y  para el XXIV Concurso Eduardo Leoìn Jimenes de Santiago de los Caballeros, RD.

En el 2013 su pieza fotografía impresa en plástico e intervenida con dibujos y pinturas, Pimpiada,  es adquirida por la Colección Virginia Peìrez-Rattoìn de San Joseì, Costa Rica. En este mismo año obtiene el Premio XXVII Bienal Nacional de Arte, Museo de Arte Moderno (MAN)  de  Santo Domingo, y es artista invitada y ganadora de la 1ra Bienal del Dibujo, en la categoría de Tinta en el  Palacio de Bellas Artes, Santo Domingo, RD.

Ha realizado seis exposiciones individuales en  República Dominicana (RD);  participado en exposiciones colectivas en Santo Domingo, Santiago de los Caballeros, Puerto Plata, San José (Costa Rica), Fort-de- France (Martinique),  Miami (Florida) y  Filadelfia (Estados Unidos).

En el 2018 es galardonada con el Premio Joyce de Guatemala Award, que es  para incentivar artistas, principalmente mujeres de origen latinoamericano.

[2] Ylonka Nacidit-Perdomo participa con esta «Presentación de Artista» en la VII edición de Mujeres Mirando Mujeres #MMM2021, a través de una Convocatoria abierta, proyecto  que dirige desde Madrid (España), MILA ABADIA, Directora, a su vez, de Arte a un click.