SANTO DOMINGO, República Dominicana. – El 13 de marzo del presente año, el gobierno dispuso la suspensión de docencia en los más de 11 mil centros educativos del país como medida preventiva ante el contagio del Covid-19. Desde ese día, dos millones 152 mil 239 estudiantes de escuelas públicas, 669 mil 348 estudiantes de colegios privados y 49 mil 846 de modalidad semioficial; recibieron clases de forma virtual hasta concluír el período. O no recibieron clases.

Seis meses más tarde, la comunidad educativa nacional está en vigilia hasta que las nuevas autoridades gubernamentales asuman sus cargos este 16 de agosto, cuando se espera que Roberto Fulcar, designado por el presidente electo Luis Abinader en el cargo de ministro de Educación, tome cartas en el asunto del año escolar en medio del COVID-19.

La incertidumbre con relación al tema de la vuelta o no a clases aumentó el 13 de julio, cuando el actual ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal, anunció que el Ministerio de Educación (MINERD) contempla un protocolo de inicio de año escolar semi presencial, dividiendo las secciones en no más de 20 estudiantes y con días alternados.

Ante la noticia, personalidades y organizaciones han dado a conocer su opinión, la mayoría en contra de las clases presenciales y a favor de la continuidad de la virtualidad. La modalidad semi presencial es rechazada por la comunidad docente, con la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) a la cabeza.

En ese sentido, la posición de madres y padres de familia es una persectiva necesaria que, como todo proceso de adaptación, ha pasado por etapas.

La adaptación a la modalidad virtual y sus retos

Padres, madres y tutores consultados por Acento describieron el proceso de adaptación a las clases virtuales como “terrible” y “bastante difícil”.

Argumentaron que cuando inició la cuarentena, también llevaban sus trabajos en casa, por lo que organizar el espacio físico y temporal para asistir a sus hijos en clase fue una tarea complicada.

“Yo no soy maestra, no sabía cómo enseñarle”, “las mamás somos mamás, no somos profesoras…fue difícil esa parte”, admitieron en un sondeo. Los retos que mencionaron van desde explicarle a los menores las razones por las que no podían asistir al colegio, hasta el seguimiento de las tareas y asignaciones que, en muchos casos, despertaban dudas en los alumnos.

El reto de la modalidad virtual transgrede, además, la brecha digital del país, lo que no garantiza el acceso a educación para un nicho poblacional, a pesar de que la encuesta ENHOGAR 2015 establece que el 96.7% de los hogares dominicanos posee por lo menos un medio y/o servicio de Tecnología de la Información y Comunicación (TIC).

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) manifestó que aunque se lleven a cabo clases a distancia, muchos alumnos se quedarán atrás y esto puede aumentar la deserción escolar en poblaciones vulnerables.

Aceptación y mirada futura

Los padres y madres valoraron la calidad de la educación virtual por debajo de la modalidad presencial.  “Dadas las circunstancias, “peor es nada”, pero lo malo es que uno está pagando por un nivel de educación y una forma de aprendizaje que no es la que estamos recibiendo. Es deficiente”, dijo Paola Romero.

Según explicaron, un aspecto a mejorar es tratar de crear un espacio personalizado con el alumno para dar un seguimiento frecuente en el que pueda explorar dudas, ver al profesor o profesora con calma y escucharlo.

“En mi caso, yo trabajo ahora hasta las 5:00 de la tarde. Fuera del toque de queda es hasta las 6:00. De 9:00 a 6:00 de la tarde, ¿en qué momento yo le voy a dar clases a mi hijo?”, afirmó Patricia Vallejo, madre de un niño de 10 años.

Vallejo explicó que “uno lo piensa y qué se yo… yo me asusto muchísimo porque ese es mi único hijo y entonces…¿¡qué hago!? Parece descabellado, pero entiendo que el año escolar no debe iniciar. Que inicie cuando sea un poco más favorable el ambiente para comenzar”. Junto a ella, muchos más.

Semanas atrás, madres, padres y tutores se organizaron bajo la consigna #mishijosnovanpalaescuela como forma de protesta virtual ante la posibilidad del inicio de año escolar con un sistema semi presencial o presencial por fases, considerando que el país no está listo para una decisión de ese tipo.

Un artículo que publicó este medio con el título “COVID-19: Destacan fracaso israelí por abrir año escolar presencial”, resalta la lección aprendida por el país de medio oriente tras la reapertura precipitada de los centros educativos, catalogándola como "un gran fracaso".